
4-Noviembre.-.2025,.,Welt revela la magnitud del fenómeno
El medio alemán Welt ha destapado un hecho que ha pasado casi desapercibido en la opinión pública internacional: cerca de 2.000 mercenarios colombianos combaten actualmente del lado de Ucrania. La mayoría de ellos llegaron de forma voluntaria y fueron incorporados como soldados de infantería en distintas unidades del ejército ucraniano. Según el reportaje, muchos de estos hombres carecen de experiencia militar previa y reciben apenas un mes de entrenamiento antes de ser enviados a sus primeras misiones en el frente, una situación que revela la urgencia de Kiev por reforzar sus filas ante la escasez de combatientes locales.
Un ejército en crisis y una oportunidad económica
La guerra que se extiende por casi cuatro años ha dejado al Ejército ucraniano con una crisis de personal. En este contexto, los mercenarios colombianos en Ucrania se han convertido en un recurso indispensable. Welt asegura que existen unidades integradas mayoritariamente por combatientes latinoamericanos, especialmente colombianos, pero también chilenos y brasileños. Lo que comenzó como una selección rigurosa —aceptando solo veteranos con experiencia—, se ha flexibilizado al punto de admitir reclutas sin formación militar previa, evidencia de la desesperación de las fuerzas ucranianas por mantener la línea de combate.
Motivos económicos y condiciones precarias
La decisión de unirse a la guerra no parece tener un trasfondo ideológico, sino principalmente económico. En Colombia, los sueldos militares son bajos, mientras que en Ucrania se les ofrece alrededor de 3.000 euros mensuales, además de contratos que pueden rescindir en cualquier momento. No obstante, detrás de esta aparente oportunidad se esconde una realidad más cruda: la exposición constante al peligro, la falta de garantías de repatriación y las denuncias de maltrato por parte de mandos ucranianos.
Tensiones diplomáticas y denuncias del gobierno colombiano
El presidente Gustavo Petro ha expresado públicamente su rechazo a la participación de nacionales en conflictos extranjeros, calificando la situación como una forma de explotación. Ha denunciado que “los ucranianos tratan a los colombianos como raza inferior”, y que estos combatientes son usados como “carne de cañón”. Estas declaraciones se suman a los reportes sobre grupos de mercenarios retenidos contra su voluntad tras negarse a renovar sus contratos, un hecho que ha generado preocupación en el ámbito diplomático y de derechos humanos.
La postura rusa y las repercusiones legales
Desde la Embajada de Rusia en Colombia, se ha lamentado el incremento de ciudadanos colombianos que viajan a Ucrania para luchar contra tropas rusas. Paralelamente, tribunales rusos han iniciado procesos judiciales contra combatientes extranjeros capturados, entre los cuales figuran varios colombianos. Algunos incluso ya han sido sentenciados, lo que pone en evidencia el riesgo legal y moral que asumen quienes deciden participar en esta guerra ajena.
Más allá del conflicto europeo, la presencia de mercenarios colombianos en Ucrania refleja una problemática más profunda: la falta de oportunidades y de estabilidad laboral en América Latina. Jóvenes con formación militar, o sin ella, ven en la guerra una salida temporal al desempleo y la precariedad, sin medir las consecuencias humanas o legales. Este fenómeno debería ser una llamada de atención para los gobiernos de la región, que necesitan fortalecer políticas de reintegración laboral y ofrecer alternativas reales a quienes buscan en el extranjero la estabilidad que su país no les da.








