La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo abordó de manera directa las recientes críticas que han surgido a raíz de diversas manifestaciones y sucesos de alto impacto en el país. Al ser cuestionada sobre las movilizaciones de los agricultores, las protestas de piperos de agua y el lamentable asesinato de un líder limonero, la mandataria fue enfática al declarar que ella “no ve desgobierno”. Su postura es firme: los distintos movimientos y hechos de violencia, aunque visibles, no representan una falla estructural en la capacidad de su administración para gobernar.
La Jefa del Ejecutivo Federal sostiene que la etiqueta de un supuesto desgobierno es impulsada por grupos de oposición con intereses políticos específicos. Según Sheinbaum, «son algunos que están en contra nuestra, que ahora utilizan este tema para decir que hay desgobierno«. Con estas palabras, busca deslegitimar las críticas y enmarcarlas como parte de una estrategia política. La presidenta reiteró su respaldo en la legitimidad de su cargo, subrayando que su administración es un «gobierno elegido por el pueblo».
Movilizaciones y Sucesos como Estrategia Política en Contra del Gobierno
La respuesta presidencial apunta a la politización de los problemas y las protestas sociales. Al agrupar las movilizaciones de los agricultores y piperos de agua, junto con un hecho de violencia como el asesinato del líder limonero, bajo la etiqueta de supuesta campaña de desgobierno, la presidenta sugiere que estos temas están siendo capitalizados por sus adversarios. Esta percepción indica que, para el gobierno, las crisis puntuales están siendo magnificadas con el objetivo de erosionar la imagen y la capacidad de la administración.
Este enfoque contrasta con la preocupación ciudadana y mediática que han generado estos sucesos. Las protestas de los agricultores, por ejemplo, suelen estar ligadas a demandas económicas y de recursos hídricos, mientras que el tema de los piperos de agua se relaciona con la gestión del recurso vital en diversas zonas. El asesinato del líder limonero en una región clave para la agricultura exportadora, por otro lado, es un grave indicador de la inseguridad y el crimen organizado. Sin embargo, para la mandataria, el hilo conductor es una campaña orquestada de desgobierno.
