
El inicio de la discusión del paquete de ingresos 2026 en el Senado de la República trajo consigo una fuerte advertencia sobre la crisis de salud pública que vive México. El senador de Morena, Manuel Huerta, utilizó la tribuna para alertar a sus colegas y a la ciudadanía sobre un problema que se cuela hasta en las loncheras de los estudiantes: las bebidas azucaradas son a menudo más económicas y accesibles que el agua simple. Esta realidad, expuesta en el corazón del debate económico del país, subraya cómo los factores de costo influyen directamente en los hábitos de consumo, llevando a los niños a optar por productos de bajo valor nutricional, pero de menor precio.
El señalamiento de Huerta no es menor, pues ocurre mientras los legisladores analizan las políticas fiscales que regirán el próximo año. El senador vinculó directamente la proliferación de estos productos con los graves estragos en la salud que enfrentan millones de mexicanos, especialmente la población infantil. Es un círculo vicioso: la facilidad para adquirir bebidas azucaradas a precios irrisorios fomenta su consumo diario, lo que a largo plazo se traduce en mayores gastos de salud para el Estado y las familias, a causa de enfermedades crónicas como la diabetes y la obesidad.
La Doble Amenaza: Bebidas Azucaradas y Videojuegos
El senador Huerta no solo puso el foco en las bebidas azucaradas, sino que amplió su alerta a otro factor que impacta la salud de la juventud: el uso excesivo de los videojuegos. Para el legislador, estos dos elementos —la ingesta de productos altamente endulzados y el sedentarismo tecnológico— están formando una combinación explosiva que mina el bienestar de las nuevas generaciones. Al alertar sobre estos dos grandes males desde la tribuna del Senado, Huerta busca concientizar a los tomadores de decisiones sobre la necesidad de adoptar políticas públicas más integrales que protejan la salud infantil, que no solo dependan de la recaudación.
Esta crítica se da justo cuando el Senado comienza a examinar el paquete de ingresos para el ejercicio fiscal 2026, lo que plantea la pregunta de si las medidas económicas, como los impuestos especiales a productos dañinos, son suficientes para contrarrestar los efectos de salud. El problema de que las bebidas azucaradas sean más baratas que el agua revela una falla en la estructura de precios y subsidios implícitos, o al menos, una necesidad de revisar la efectividad del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se aplica a estos productos.
El congresista de Morena enfatizó que la salud pública no puede ser un tema secundario en la agenda nacional, especialmente cuando los niños son las víctimas de un sistema económico que abarata lo que enferma y encarece lo que sana. La disponibilidad de bebidas azucaradas en los entornos escolares y la facilidad con la que se integran a la dieta diaria es un reflejo de que las regulaciones vigentes y las estrategias de salud preventivas están siendo superadas por las dinámicas del mercado y los bajos costos de producción.








