29 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. La agencia de noticias AP reveló un audaz y sofisticado plan de Estados Unidos que buscaba, sin éxito, reclutar a un piloto del presidente venezolano, Nicolás Maduro, para ejecutar su secuestro. La esencia de esta operación fracasada giraba en torno al general de brigada Bitner Villegas, piloto de la aeronave presidencial. El plan consistía en que Villegas desviara el avión de manera secreta para aterrizar en un lugar donde Maduro pudiera ser detenido por las autoridades estadounidenses, posiblemente en República Dominicana, Puerto Rico o la base de Guantánamo, en Cuba.
El origen de esta compleja operación se remonta a abril de 2024, cuando un informante alertó a la Embajada de EE.UU. en República Dominicana sobre aeronaves presidenciales venezolanas que requerían mantenimiento. El agente del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Edwin López, se encargó de localizar los aviones, que luego fueron confiscados por el Departamento de Justicia estadounidense. Fue durante este proceso que López tuvo la idea de convencer al piloto presidencial para que se uniera a la operación de captura, una estrategia que buscaba explotar la cercanía del militar a Maduro.

La Tentativa de Captación y la Promesa de Riqueza
El general Villegas se convirtió en el objetivo principal de la operación. Según AP, tras una conversación con el agente López, que fue grabada secretamente, el piloto venezolano se mostró visiblemente tenso y nervioso. En ese intercambio, López le propuso al militar hacerse «muy rico» y ganarse «el cariño de millones de sus compatriotas» si lograba desviar el avión presidencial. Incluso, le ofreció la tentadora recompensa de 50 millones de dólares que EE.UU. ofrece por la captura de Maduro, a quien acusa de liderar un cártel de narcotráfico. Sin embargo, Villegas, aunque no respondió de inmediato, tomó el contacto telefónico del agente.
La operación continuó, incluso después de que López se jubilara en julio de 2025. El exagente persistió en contactar a Villegas por teléfono, llegando a intercambiar mensajes una docena de veces. Ante la falta de una respuesta que indicara su colaboración, López intentó una última jugada, enviándole una foto de ambos y mencionando por nombre a los hijos del general, prometiéndoles un futuro mejor en EE.UU. No obstante, Villegas finalmente respondió tachando al exagente de «cobarde» y sentenciando: «Los venezolanos somos de otra calaña. Lo último que somos es traidores». Acto seguido, bloqueó el número de López, frustrando definitivamente la operación.

La persistencia del agente López y sus colaboradores, que incluyeron a políticos de la oposición venezolana en el extranjero, terminó en un intento por amedrentar a Villegas. Liderados por Marshal Billingslea, exfuncionario de seguridad nacional y aliado de la oposición, se planeó la difusión de mensajes supuestamente comprometedores del piloto en redes sociales. Sin embargo, el gobierno de Venezuela no tardó en desmentir cualquier supuesta deserción. El ministro de Defensa, Padrino López, afirmó en un acto militar que «aquí no hay deserción, aquí hay vida, combate, alma profunda» al referirse a Villegas, negando categóricamente el éxito de la operación de reclutamiento.
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