
Las diputadas Gabriela Jiménez y Jessica Saiden protagonizaron un tenso y peculiar desencuentro en la Cámara de Diputados, justo antes de un evento con el funcionario Omar García Harfuch. El motivo de la discusión fue, ni más ni menos, la ubicación en el presídium: ambas querían estar lo más cerca posible del exsecretario de Seguridad, dejando en evidencia las tensiones por la proximidad a Harfuch dentro del grupo parlamentario.
La disputa subió de tono rápidamente, pasando de una simple petición a un intercambio de palabras que se volvió viral. La diputada Jiménez intentó colocarse al lado del invitado, pero Saiden se negó a ceder su sitio, desatando una pequeña escena que fue captada por testigos. Este tipo de incidentes muestra cómo la ambición política por los reflectores puede superar el compañerismo.
Intercambio Viral de Acusaciones
La acalorada discusión incluyó frases directas y poco diplomáticas, según el relato de quienes presenciaron la escena. «Que te hagas a un lado» fue la petición de una, a lo que la otra respondió con un firme «No, yo lo vi primero». La escalada continuó con amenazas: «Mira que te voy a acusar», lo que fue replicado con un desafío popular y coloquial: «Acúsame, a mi me la Pérez Prado».
Este lenguaje, inusual en un recinto legislativo y de tono completamente informal, revela un ambiente de alta competencia y hasta de inmadurez entre algunas figuras del partido oficial. El incidente generó comentarios y críticas sobre la falta de seriedad en el Congreso y la excesiva preocupación por la cercanía a Harfuch, considerado una figura clave dentro de la política de Morena.








