28 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Las operaciones militares de Estados Unidos contra embarcaciones presuntamente cargadas de drogas en el Caribe y el Pacífico, intensificadas recientemente, han generado una fuerte controversia a nivel internacional. El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, justificó estos ataques con un mensaje claro: «Si la gente quiere dejar de ver a las narcolanchas explotar, que dejen de enviar droga a Estados Unidos». Estos ataques, que comenzaron a principios de septiembre y se han concentrado mayormente en aguas del Caribe, ya suman decenas de muertos y han sido defendidos por la administración Trump como una medida necesaria contra carteles designados como «organizaciones terroristas» con las que dicen estar en un «conflicto armado». Sin embargo, la legalidad y el verdadero objetivo de estas acciones, realizadas sin la aprobación del Congreso, están siendo fuertemente cuestionados.
Cuestionamientos a la Estrategia y las Verdaderas Rutas del Narcotráfico
Funcionarios como el secretario de Defensa, Pete Hegseth, han asegurado que los ataques continuarán, catalogando a los traficantes como «narcoterroristas que traen muerte y destrucción», aunque sin ofrecer pruebas concretas. No obstante, surge una gran duda sobre la verdadera efectividad de estas operaciones en el Caribe. Los analistas coinciden en que la droga más letal en EE.UU., el fentanilo, se produce y trafica principalmente a través de la frontera terrestre con México. Además, las incautaciones de cocaína en el Caribe representan un porcentaje relativamente pequeño del total que ingresa a EE.UU. Estas discrepancias hacen que cada vez más expertos sugieran que la intención final podría ser forzar un cambio de gobierno en Venezuela, país al que EE.UU. acusa de estar involucrado en el narcotráfico a través del llamado Cartel de los Soles.

El Fentanilo no Viene del Mar: El Desafío del Narcotráfico Sintético
El consenso entre los expertos es que el fentanilo ilícito, el opioide sintético responsable de la mayor parte de las muertes por sobredosis en EE.UU., no sigue las rutas marítimas tradicionales de la cocaína desde Sudamérica. Según la UNODC y la DEA, este potente narcótico se produce casi por completo en México, utilizando precursores importados de Asia, y su tráfico es controlado por los carteles mexicanos que lo ingresan a EE.UU. principalmente por la frontera terrestre. Esta realidad choca con las declaraciones de la administración Trump, que incluso ha atribuido el cargamento de sumergibles atacados en el Caribe a ser principalmente fentanilo. Esta falta de evidencia alimenta aún más el debate sobre si la campaña militar en el Caribe y el Pacífico es realmente una lucha frontal contra el narcotráfico o si esconde una agenda geopolítica.
La cocaína, el otro gran problema del narcotráfico hacia EE.UU., sí tiene su origen en Sudamérica, específicamente en los tres países andinos productores de hoja de coca: Colombia, Perú y Bolivia. Desde allí, la hoja se procesa y el producto final, mayoritariamente clorhidrato de cocaína, es transportado de manera indirecta, transitando por naciones vecinas como Ecuador o Venezuela. Para el mercado estadounidense, la gran mayoría de la cocaína transita por la ruta del Pacífico. Las estimaciones de la DEA de 2019, que expertas como Elizabeth Dickinson del International Crisis Group confirman que siguen vigentes, indican que el 74% de los envíos se realiza por el Pacífico, mientras que solo un 16% usa el Caribe Occidental, donde se han concentrado la mayor parte de los ataques de EE.UU. contra lanchas rápidas.
A pesar de que el Pacífico sea la vía dominante para el narcotráfico de cocaína, la ruta caribeña no pierde relevancia y se está «revitalizando». El conocido como «efecto vejiga» o balón, explica la profesora Lilian Bobea, ilustra cómo una mayor presión ejercida por EE.UU. sobre la frontera con México hace que el flujo de drogas se desvíe hacia otras áreas, como el Caribe. Países como República Dominicana, Puerto Rico e incluso islas más pequeñas como Trinidad y Tobago o Curazao se mantienen o se han incorporado como puntos clave de tránsito, no solo hacia EE.UU. sino también para la ruta europea. Además, las cifras recientes de la UNODC muestran que la producción ilegal mundial de cocaína alcanzó un nuevo máximo en 2023, lo que garantiza un suministro constante y una presión para encontrar múltiples rutas de narcotráfico.

Aumento en la Producción y Consumo Global 📈





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