
23 OCTUBRE 2025-INTERNACIONAL-El Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Olivier De Schutter, alertó en su más reciente informe que los recortes y reformas en los sistemas de protección social están generando un terreno fértil para el crecimiento de los movimientos de extrema derecha en todo el mundo. Según el documento presentado ante la Asamblea General, estas políticas han incrementado la desconfianza hacia los gobiernos y alimentado el sentimiento de abandono entre los sectores más vulnerables.
De Schutter explicó que, bajo el argumento de la austeridad o la eficiencia, muchos países han limitado el acceso a beneficios sociales, lo que ha alienado a millones de personas. “Las reformas de la protección social han favorecido a la extrema derecha, que aprovecha el descontento de quienes se sienten olvidados por las instituciones”, advirtió. La creciente desigualdad, indicó, ha erosionado la confianza en los gobiernos y ha potenciado el discurso populista que culpa a los migrantes o a las élites por los problemas económicos.
El informe señala que los sistemas de protección social actuales han pasado de ser una red de apoyo a convertirse en un mecanismo de control. En lugar de reducir la pobreza, muchos programas ahora imponen condiciones severas a los beneficiarios, los estigmatizan y los someten a la vigilancia de algoritmos que los clasifican como posibles defraudadores. De Schutter advierte que esta “burocratización de la pobreza” perpetúa la exclusión y debilita los lazos sociales.

Los efectos de las reformas punitivas
En países como Francia y Reino Unido, el relator ha alertado sobre reformas que podrían atrapar a más personas en la pobreza, limitando su acceso a ayudas básicas. “Estos sistemas punitivos aumentan la inseguridad económica y erosionan la confianza en las instituciones públicas”, afirma el documento. A su vez, estudios recientes citados en el informe demuestran que el aumento de la desigualdad se correlaciona directamente con el crecimiento del apoyo a los partidos populistas de extrema derecha.
En su análisis, De Schutter advierte que los populistas utilizan el descontento social como combustible político. “Se presentan como defensores de los olvidados por la élite, pero una vez en el poder, recortan asistencia médica, alimentaria y servicios esenciales”, expone. Así, la agenda de estos movimientos no busca empoderar a los pobres, sino consolidar los privilegios económicos de los sectores más ricos, reproduciendo el ciclo de desigualdad.
De la austeridad al riesgo político
El informe también resalta los recortes sociales drásticos en países como Argentina y Estados Unidos, donde millones de personas han perdido acceso a servicios básicos de salud o apoyos económicos. Estas medidas, justificadas como necesarias para equilibrar presupuestos públicos, terminan transfiriendo riqueza de los más pobres a los más ricos. Según el relator, esto no solo agrava la desigualdad, sino que deslegitima la democracia al fomentar resentimiento y desesperanza.

El experto advierte que las políticas de exclusión son una decisión política, no una necesidad económica. “Los gobiernos deben entender que la protección social no es un gasto que deba reducirse, sino una inversión en estabilidad y cohesión social”, sostuvo. En su opinión, los Estados del bienestar necesitan reestructurarse para ser más universales, menos punitivos y centrados en los derechos humanos.





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