23 OCTUBRE 2025-INTERNACIONAL- La Policía Metropolitana de Londres detuvo a tres hombres bajo sospecha de colaborar con servicios de inteligencia rusos, en medio de un operativo que incluyó registros domiciliarios en el oeste y centro de la capital británica. Los arrestados, de 44, 45 y 48 años, permanecen bajo custodia mientras se realizan investigaciones adicionales, en el marco de la Ley de Seguridad Nacional de 2023, que tipifica la colaboración con agentes extranjeros como delito grave. La nacionalidad de los detenidos no fue revelada.
Aumento de amenazas extranjeras
El jefe de la Policía Antiterrorista, Dominic Murphy, advirtió que se detecta un número creciente de individuos “reclutados por servicios de inteligencia extranjeros”. Murphy recalcó que cualquier persona tentada a actuar en nombre de un Estado extranjero puede ser procesada y enfrentar consecuencias severas. La advertencia refleja la presión constante sobre el Reino Unido frente a posibles amenazas externas, incluyendo espionaje, sabotaje y ciberataques.
Ken McCallum, director de la agencia de inteligencia MI5, señaló que países como Rusia, China e Irán han intensificado sus operaciones en suelo británico, provocando un aumento en los intentos de vigilancia, sabotaje y actos violentos. Este contexto ha llevado a reforzar la coordinación entre fuerzas policiales y agencias de inteligencia, buscando detectar y neutralizar actividades ilícitas antes de que afecten la seguridad nacional.
Estas detenciones llegan tras las mayores sanciones de la historia británica contra espías rusos, anunciadas en julio. El gobierno sancionó a 18 agentes y tres unidades de inteligencia militar (GRU) por operaciones destinadas a desestabilizar Europa bajo órdenes del presidente Vladimir Putin. Entre los señalados se encuentran Ivan Sergeyevich Yermakov y Aleksey Viktorovich Lukashev, implicados en ciberataques y en el envenenamiento con Novichok en Salisbury en 2018 contra Yulia y Sergei Skripal.
Las sanciones también incluyeron responsables del bombardeo al Teatro de Mariúpol, ciberataques a infraestructuras británicas y campañas de desinformación de la red “African Initiative”. Estas medidas buscan no solo sancionar acciones pasadas, sino también prevenir nuevos intentos de influencia y desestabilización en territorio británico y europeo.
