QUINTANA ROO – 23-OCT-2025 – INTERNACIONAL. La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, ha emitido una fuerte denuncia, acusando a Estados Unidos de tener como objetivo no solo el robo de sus recursos naturales, sino también el de «perturbar acuerdos gasíferos» que la nación suramericana mantiene con países del Caribe. Rodríguez hizo estas declaraciones durante una reunión ministerial del Foro de Países Exportadores de Gas. Ella sostiene que el despliegue militar y las amenazas de EE. UU. en la región caribeña son una estrategia deliberada para desestabilizar estos acuerdos clave y apropiarse de los recursos de hidrocarburos, tanto petróleo como gas.
La funcionaria, quien también es ministra de Hidrocarburos, señaló que la estrategia estadounidense incluye «vender fantasías» a un gobierno específico del Caribe, sugiriendo que le están haciendo creer que puede «robarle el gas a Venezuela y entregárselo» sin consecuencias. Aunque no mencionó directamente al gobierno en cuestión, ya había dado pistas días antes. Rodríguez indicó que la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, estaba siendo engañada por el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, a quien acusó de prometerle falsamente acceso al gas venezolano sin necesidad de pagar por él.

Tácticas de Presión y Guerra Multiforme
La denuncia venezolana se produce en el contexto de un incremento en el despliegue militar de EE. UU. en el Caribe, frente a las costas de Venezuela, bajo el supuesto pretexto de combatir el narcotráfico. Desde agosto pasado, el gobierno de Donald Trump ha llevado a cabo al menos nueve ataques conocidos contra presuntas embarcaciones narcotraficantes, con un saldo reportado de al menos 37 muertes, según CBS News. Siete de estos bombardeos ocurrieron inicialmente en el mar Caribe, pero la operación se ha extendido recientemente al Pacífico Oriental, donde ya se registró un primer ataque con dos muertos.
Tanto la vicepresidenta Rodríguez como el presidente Nicolás Maduro sostienen que Venezuela es víctima de una «guerra multiforme» orquestada por EE. UU. para imponer un gobierno títere y apoderarse de los recursos naturales del país. Esta narrativa de agresión externa es compartida por su aliado, Rusia. El representante permanente de Moscú ante la ONU, Vasili Nebenzia, afirmó en el Consejo de Seguridad que las acciones estadounidenses no son ejercicios militares ordinarios, sino una «campaña descarada de presión política, militar y psicológica contra el Gobierno de un Estado independiente».
Rusia Cuestiona la Lucha Antidrogas de EE. UU.
El apoyo de Rusia a la postura venezolana se ha manifestado con críticas directas a las justificaciones de EE. UU. para su despliegue en el Caribe. La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, puso en duda la verdadera motivación detrás de las operaciones de EE. UU., especialmente en lo referente a la lucha contra el narcotráfico. Zajárova declaró que, si EE. UU. «desea con tanta desesperación desplegar sus agencias de inteligencia para combatir las drogas», debería realizar una «operación especial en Manhattan», sugiriendo que la verdadera «desgracia» del narcotráfico se encuentra en territorio estadounidense.

Rodríguez sostiene que a la primera ministra de Trinidad y Tobago «la están envenenando con ‘pajaritos preña’os'» (promesas falsas), haciendo referencia a los intentos de EE. UU. de socavar los acuerdos de gas que Venezuela ha desarrollado con sus vecinos caribeños. Estos acuerdos son estratégicos para la economía venezolana y para el suministro energético regional, y su perturbación podría tener implicaciones de gran alcance en la geopolítica del gas en el Caribe. La denuncia apunta directamente a una estrategia de «guerra económica» solapada con acciones militares.








