
23 OCTUBRE 2025-INTERNACIONAL- El presidente Lula da Silva confirmó que competirá nuevamente en las elecciones de 2026, con lo que buscará un cuarto mandato no consecutivo al frente de Brasil. El anuncio fue realizado durante su visita de Estado a Indonesia, donde aseguró que, a sus 80 años, conserva la energía suficiente para seguir liderando al país. “Tengo la misma fuerza que cuando tenía 30”, afirmó el mandatario, dejando claro que su decisión está tomada.
Este anuncio marca un nuevo capítulo en la carrera del político más influyente de la izquierda brasileña. Lula da Silva regresó al poder en 2023, tras 13 años fuera del Ejecutivo, y sigue siendo elegible constitucionalmente para postularse nuevamente, ya que la ley brasileña solo prohíbe dos mandatos consecutivos, no alternos. En su mensaje, destacó que su posible reelección también busca fortalecer las relaciones internacionales de Brasil, particularmente con países emergentes como Indonesia y Malasia.
Cooperación internacional y acuerdos estratégicos

Durante su visita a Yakarta, Lula da Silva firmó una serie de acuerdos en materia de energía, minería, agricultura y tecnología, en un esfuerzo por ampliar la cooperación entre ambos países. Además, anunció junto al presidente indonesio Prabowo Subianto la intención de cerrar un Acuerdo de Comercio Preferencial entre el Mercosur e Indonesia antes de diciembre. Este paso busca consolidar la presencia de Brasil como potencia regional y puente económico con Asia.
Tras su paso por Indonesia, Lula tiene previsto viajar a Malasia para participar en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Allí, se espera que mantenga un encuentro con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con quien discutirá el reciente arancel del 50% impuesto por Washington a productos brasileños. Analistas anticipan que este encuentro podría definir el tono de las relaciones bilaterales entre ambos países para los próximos años.
Un giro en su discurso político
Antes de ganar las elecciones de 2022 frente a Jair Bolsonaro, Lula da Silva había declarado que esa sería su última campaña, argumentando que el país necesitaba renovación política. Sin embargo, con el paso de los meses, comenzó a dejar abierta la posibilidad de continuar. En febrero de 2023, señaló que su decisión dependería de su salud y del clima político. Esta evolución ha sido interpretada como un intento de garantizar la continuidad de su proyecto político, en un contexto en el que la izquierda brasileña enfrenta divisiones internas y nuevos liderazgos emergentes.

Figura clave desde el retorno a la democracia hace 40 años, Lula es el presidente con más tiempo en el poder en la historia reciente de Brasil. No obstante, su avanzada edad y los problemas de salud han generado preocupación entre algunos sectores políticos. A finales del año pasado, el mandatario se sometió a una cirugía de emergencia por una hemorragia cerebral, aunque él mismo ha insistido en que se mantiene activo, publicando videos de sus entrenamientos para demostrarlo.
Su decisión también refleja el desafío que enfrenta la clase política brasileña para renovar liderazgos dentro de los partidos tradicionales. La popularidad de Lula da Silva sigue siendo alta, especialmente entre los sectores populares, pero su nueva candidatura también plantea interrogantes sobre la dependencia del Partido de los Trabajadores en torno a su figura.

La postulación de Lula da Silva puede interpretarse como una señal de estabilidad, pero también como un riesgo de estancamiento político. Su continuidad podría garantizar la implementación de políticas sociales y económicas en curso, aunque el país necesita, al mismo tiempo, impulsar liderazgos jóvenes capaces de enfrentar los retos de la modernización y la sostenibilidad.








