
Una excandidata a diputada local en Puebla ha protagonizado un inusual y polémico suceso al ser detenida otra vez inmediatamente después de haber salido de prisión. La mujer, cuya identidad no fue detallada, había estado tras las rejas desde mayo del año pasado (2024), acusada de delitos graves que la vinculaban directamente con el crimen organizado y el narcotráfico. Su caso pone en relieve la complejidad y la persistencia de las redes delictivas en el estado, así como las controversias que a menudo rodean a figuras políticas con presuntos nexos criminales.
La excandidata se encontraba originalmente detenida por su presunta participación en actividades de narcotráfico y delincuencia organizada. Las autoridades la relacionaban específicamente con el grupo criminal conocido como «La Barredora», una banda que opera en la región de Puebla. El hecho de que una figura pública con aspiraciones legislativas esté ligada a una organización de este tipo subraya la penetración del crimen en los círculos políticos locales, un problema que ha generado preocupación constante en la entidad.
Vínculos Peligrosos y la Rápida Recaptura
La salida de prisión de la excandidata fue efímera. Aparentemente, apenas había recuperado su libertad cuando las autoridades actuaron de nuevo. El motivo de la segunda detención, que la llevó a ser detenida otra vez, probablemente se debe a órdenes de aprehensión pendientes o a nuevas evidencias que la conectan con las actividades ilícitas que se le imputaban originalmente o a otros crímenes cometidos.
El caso ha generado un fuerte eco en Puebla, pues ilustra la capacidad de los grupos criminales para reclutar o influir en personas con acceso al poder. La excandidata, al estar vinculada a la delincuencia organizada y el narcotráfico, representa un foco rojo en el mapa político-criminal del estado. La celeridad con la que fue detenida otra vez sugiere que las autoridades la tenían bajo estrecha vigilancia, confirmando la seriedad de los cargos en su contra.
Este incidente no solo es una noticia de seguridad, sino que también arroja luz sobre los desafíos de la justicia en la región. Un alto nivel de delincuencia organizada y narcotráfico requiere de estrategias de seguridad y justicia que logren desmantelar estas estructuras. La situación de la excandidata de Puebla sirve como un recordatorio de que los procesos judiciales, incluso después de una excarcelación, pueden continuar y resultar en una detención otra vez si existen elementos probatorios suficientes.
Es importante contextualizar que el grupo «La Barredora» ha sido históricamente asociado con el control de diversas actividades ilícitas en la zona metropolitana de Puebla, incluyendo el narcomenudeo y el robo de combustible (huachicoleo). La excandidata, al estar vinculada a una estructura criminal con un historial tan diverso y violento, enfrenta no solo cargos graves sino una investigación que probablemente abordará múltiples delitos, justificando la decisión de las autoridades de detenerla otra vez para asegurar que enfrente la justicia por todas sus presuntas responsabilidades.








