
Una lucha sangrienta se ha desatado en la Franja de Gaza mientras Hamás intensifica sus acciones para reafirmar el control sobre el territorio, apuntando a lo que denomina «colaboradores» y grupos rivales. Esta demostración de fuerza, que incluye ejecuciones públicas y patrullajes armados, se produce justo después del alto el fuego mediado por Estados Unidos la semana pasada. En un desarrollo paralelo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con desarmar «violentamente» a Hamás si no lo hace voluntariamente en un «plazo razonable», añadiendo una capa de presión internacional a la volátil situación interna de la Franja de Gaza.
Demostraciones de Fuerza y Erradicación de la Anarquía
Desde que entró en vigor el alto el fuego, han circulado en línea imágenes perturbadoras que verifican la magnitud de la ofensiva interna de Hamás. Videos geolocalizados por BBC Verify en el centro de Ciudad de Gaza muestran una ejecución pública, una medida drástica que Hamás justificó como un esfuerzo para acabar con la «anarquía» en la Franja. Las imágenes también muestran a combatientes enmascarados disparando contra hombres desarmados y a miembros de la fuerza de seguridad interna de Hamás patrullando fuertemente armados.

Según analistas, estas demostraciones de fuerza tienen un objetivo claro: contrarrestar a los clanes armados y milicias que han desafiado la autoridad de Hamás en los últimos dos años, un problema que se ha agravado con los bombardeos israelíes y la subsiguiente pérdida de control del poder. Hamás, a través de su unidad de seguridad interna, ha prometido públicamente «erradicar bandas y milicias» a las que acusa de cooperar con el «enemigo». La situación subraya que la lucha sangrienta por la Franja de Gaza no es solo contra Israel, sino también interna y por la hegemonía territorial.
La lucha sangrienta interna tiene raíces profundas. Las tensiones con algunos grupos, como el clan Dughmush, se remontan a antes de la guerra, involucrados históricamente en el contrabando a través de la frontera de la Franja de Gaza con Israel. Recientes enfrentamientos entre Dughmush y Hamás dejaron más de 50 muertos, incluyendo una docena de miembros de Hamás. Además, Israel ha admitido previamente haber suministrado armas a otros grupos armados dentro de la Franja, buscando utilizarlos como intermediarios contra Hamás, lo que inyecta una complicación geopolítica a la violencia interna.

El Temor Ciudadano ante la Violencia
Las ejecuciones públicas han provocado un profundo temor y condena entre los residentes de la Franja de Gaza. Testimonios recogidos por la BBC reflejan una sensación de anarquía e injusticia. Un abogado residente en Gaza expresó su alarma ante la falta de debido proceso: «¿Por qué la gente aplaude el caos? Un hombre enmascarado mata a otro hombre enmascarado sin pruebas, sin investigación, sin juicio… ¿Cómo llamamos a esto? ¿Resistencia? No, esto es anarquía». Esta preocupación ciudadana destaca el dilema que enfrenta la población civil, atrapada entre la devastación de la guerra y la violenta imposición del orden por parte de Hamás.
Mientras la violencia se intensifica, el profesor Fawaz Gerges, de la London School of Economics, afirma que Hamás está intentando «movilizar sus fuerzas» para «afirmar y consolidar su control» y que tienen la ventaja por ser una fuerza más «experimentada, más hábil y más decidida» que los clanes y milicias rivales. Sin embargo, la destrucción de instituciones sociales por los bombardeos ha hecho que los clanes ganen atractivo, sirviendo como una red de apoyo crucial para sus miembros en medio del colapso institucional en la Franja de Gaza.

