El crecimiento del fútbol, conocido popularmente como soccer, en Estados Unidos ha dejado de ser una simple promesa para convertirse en una realidad innegable. La nación norteamericana se prepara para ser, por segunda vez, sede de la Copa del Mundo en junio del próximo año. Este evento, organizado conjuntamente con México y Canadá, será histórico, ya que contará con la participación récord de 48 selecciones. Si bien la llegada de Lionel Messi al Inter Miami en 2023 se percibió como un hito reciente, la trayectoria del deporte más popular del mundo en EE. UU. ha sido un desarrollo gradual que abarca varias décadas de esfuerzo constante.
La figura de Lionel Messi, con su impacto casi inmediato en la MLS, refleja este auge actual. Su presencia ha provocado un fenómeno de entradas y estadios agotados, ventas récord de camisetas y un aumento masivo de suscriptores al «Season Pass» de Apple TV. Sin embargo, antes de Messi, fue otra leyenda quien encendió la llama: Edson Arantes do Nascimento, el gran Pelé. Su llegada en 1975 para jugar con el Cosmos de Nueva York en la extinta NASL fue el acontecimiento futbolístico más significativo de la época, sentando las bases para el desarrollo posterior del deporte.
Pelé y la Primera Semilla del Desarrollo
La llegada de Pelé a Estados Unidos en 1975 no solo fue un movimiento deportivo, sino un fenómeno mediático sin precedentes que demostró el potencial de crecimiento del fútbol en el país. Aunque su estadía como jugador duró solo hasta 1977, su magia y carisma causaron un revuelo inmediato. Este fichaje estelar tuvo un efecto directo en la venta de entradas y en la asistencia a los estadios, atrayendo a audiencias que nunca antes habían mostrado interés en el deporte.
El impacto de Pelé fue crucial para que las futuras generaciones de estadounidenses vieran el fútbol no solo como un deporte de nicho. Su presencia sirvió como un catalizador, un primer gran golpe de marketing global que inició el desarrollo del fútbol estadounidense, allanando el camino para el primer Mundial de 1994 y la eventual creación de la Major League Soccer (MLS) dos años después.
Hitos Clave que Impulsan el Auge
El punto de inflexión llegó en 1994, cuando Estados Unidos fue anfitrión de la Copa del Mundo. A pesar de su falta de «tradición e historia» futbolística en comparación con Europa, ese Mundial batió récords de asistencia, con más de 3.5 millones de aficionados en los estadios y una media de casi 69,000 por partido, cifras que, según Guinness World Records, fueron inéditas. Este éxito masivo demostró que la infraestructura y el interés del público existían, impulsando la creación de la MLS en 1996.
Inicialmente vista como una liga de retiro, la MLS ha evolucionado dramáticamente. Hoy día, es una liga competitiva que no solo forma jugadores en academias locales, sino que atrae a estrellas consolidadas en el mejor momento de sus carreras, como lo fue Messi. Esta madurez se ve reflejada en acuerdos como el multimillonario con Apple por los derechos de transmisión, un claro indicador del crecimiento y la solidez financiera de la liga. Otro hito reciente que confirma el auge fue la Copa América 2024, celebrada en EE. UU., que también batió récords de audiencia, confirmando el apetito del público por el deporte.
