
José Jerí Oré, quien hasta hace horas era el presidente del Congreso de Perú, ha jurado como el nuevo mandatario del país, asumiendo el cargo por sucesión constitucional tras la destitución de Dina Boluarte. Esta toma de posesión, ocurrida en la madrugada de este viernes, marca un nuevo y turbulento capítulo en la política peruana. Jerí, un abogado limeño de 38 años, se convierte en el séptimo jefe de Estado en apenas ocho años, un indicativo de la profunda inestabilidad que caracteriza a la Presidencia peruana.
La caída de Boluarte se desencadenó tras una creciente crisis de violencia y criminalidad, cuyo punto más álgido fue un atentado contra la popular banda de cumbia Agua Marina en un recinto militar. La exmandataria, que había asumido en diciembre de 2022 tras la destitución de Pedro Castillo, fue criticada por su baja aprobación ciudadana y la incapacidad para atajar la delincuencia y las protestas sociales. Un académico señaló que Boluarte era una «figura decorativa» que perdió rápidamente su escudo legislativo.

Un Mandato de Transición con Grandes Desafíos
Jerí ha asumido la Presidencia en lo que ha denominado un «gobierno de transición», con la tarea de dirigir el país hasta las próximas elecciones, que están previstas para abril de 2026. Al jurar el cargo, el nuevo mandatario fue directo sobre el principal problema nacional: «El mal que nos aqueja en este momento es la delincuencia. El principal enemigo está en las calles», un reconocimiento a la crisis de seguridad que motivó la salida de su predecesora.
El nuevo Presidente encontrará un escenario político sumamente fragmentado y una sociedad profundamente desconfiada de la clase política. Su propio ascenso al Congreso en 2021 fue calificado como «accidental» por el profesor Moisés Arce, pues ocurrió tras la inhabilitación de Martín Vizcarra. Ahora, como jefe de Estado, deberá lidiar con altas tasas de criminalidad y la exigencia de respuestas rápidas y efectivas ante la delincuencia organizada.
A pesar de su meteórica carrera política de la mano del partido conservador Somos Perú, la figura de Jerí ha sido fuertemente controversial y está salpicada por serias acusaciones. El nuevo Presidente ha enfrentado investigaciones por presunto abuso sexual y señalamientos de corrupción. Aunque una investigación por violación sexual en su contra fue archivada en agosto de 2025, el juzgado ordenó como medida de protección que el congresista siguiera un tratamiento psicológico. Su supuesta negativa a cumplir con esta medida le sumó una denuncia por desobediencia a la autoridad.
En el plano político, Jerí también ha sido señalado por presunto enriquecimiento ilícito y corrupción. Las denuncias se ligan a su gestión en el comité de Presupuesto y Cuenta General de la República, donde supuestamente habría condicionado la inclusión de proyectos de obras públicas a pagos económicos. Aunque el Presidente ha negado tajantemente su participación en actos de corrupción, su historial añade una capa de escepticismo sobre su capacidad para unificar al país y restaurar la confianza en las instituciones.
