
En medio de los Playoffs de la MLB 2025, el exjugador y ahora analista Alex Rodríguez no se guardó nada al comparar a los Dodgers con la gloriosa era de los Yankees en los años noventa. Según A‑Rod, este equipo angelino ya posee ese sello de “paquete completo” que define a una dinastía: potencia ofensiva, pitcheo profundo y mentalidad ganadora.
Los Ángeles barrió a los Rojos de Cincinnati con 18 carreras en la Serie de Comodines, y luego arrancó la Serie Divisional con victorias sobre los Phillies de Filadelfia. Esa racha habla de un equipo saludable, capaz no solo de arremeter, sino de dominar en distintas formas.
Si bien su ofensiva fue una de las mejores de la liga —segundo lugar en carreras, jonrones y slugging—, no todo ha sido perfecto. El bullpen ha sido un dolor de cabeza: ocupa un puesto bajo en efectividad y WHIP, e incluso dejó escapar una ventaja de tres carreras en el Juego 2 de la NLDS antes de salir con la victoria.
Pero esa imperfección no detiene la narrativa que impulsa Rodríguez: si los Dodgers logran cerrar la serie, podrían estar forjando una dinastía. Los Yankees de los 90 ganaron tres títulos en fila (1998‑2000) y cuatro en cinco años. ¿Pueden los Dodgers caminar ese sendero? Rodríguez no duda, y hasta le da méritos al mánager Dave Roberts como un héroe silencioso de la franquicia.
Fuerzas y debilidades del equipo angelino
La clave de que esta comparativa no quede en simples palabras está en el balance del roster: mientras la ofensiva y los abridores han respondido, el rescate luce como zona vulnerable. Si los relevistas mejoran, la comparación con los Yankees de los 90 dejará de ser elogio exagerado y pasará a ser argumento tangible.
Desde otro ángulo, el dominio que los Dodgers han extendido sobre los Yankees en los últimos enfrentamientos también refuerza la lectura: en sus duelos recientes, Los Ángeles ha impuesto condiciones. Esa supremacía no es casualidad: es consecuencia de una construcción deportiva bien planteada.
¿Una dinastía en ciernes?
Aunque la palabra dinastía suena ambiciosa, el contexto lo amerita. Entre su poder ofensivo y una rotación sólida, los Dodgers se acercan al nivel que en su momento alcanzaron los Yankees de Joe Torre. Pero el reto no será menor: sostener ese nivel en los próximos años implicará gestión, salud del equipo y adaptaciones constantes.
Al sumar una mirada crítica, hay otro valor agregado que conviene destacar: la historia reciente muestra que la grandeza no responde solo al presente, sino al legado. En 2024, los Dodgers vencieron a los Yankees en la Serie Mundial en cinco juegos. Esa victoria no solo reafirma su actualidad, sino que les da credibilidad histórica para aspirar a más. Si logran consolidarse como una franquicia que no solo gana hoy, sino que arma continuidad, esa comparativa de Rodríguez podría quedar corta.