
Los cruces fronterizos ilegales entre Estados Unidos y México han alcanzado su nivel más bajo en más de 50 años, marcando un cambio drástico en la dinámica migratoria. La información, obtenida por CBS y compartida con la BBC, revela que en el año fiscal 2025, el total de detenciones es el menor desde 1970. El número total de detenciones del año fiscal 2025 es bajo, pero el descenso se ha acentuado notablemente bajo el actual presidente Donald Trump. Este descenso se atribuye a las políticas migratorias estrictas implementadas por la nueva administración.
La Cifra Histórica y el Cambio de Mando en la Frontera
La Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP) detuvo a 238,000 migrantes intentando cruzar sin permiso durante el año fiscal 2025 (de octubre de 2024 a septiembre de 2025). Sin embargo, la mayor parte de estas detenciones, cerca de la mitad, se concentraron en los primeros tres meses, correspondientes al final del mandato del expresidente Joe Biden. La cifra más reveladora es la del periodo bajo el presidente Donald Trump: en sus primeros ocho meses de mandato, las autoridades fronterizas detuvieron menos de 72,000 cruces. Este número representa el nivel más bajo de detenciones desde las 202,000 registradas en 1970.
Para la Casa Blanca, estas cifras son una clara victoria política. Abigail Jackson, portavoz del presidente, declaró que los números demuestran que Trump está cumpliendo su promesa de asegurar la frontera. «Los estadounidenses están más seguros: inmigrantes ilegales delincuentes y drogas peligrosas ya no cruzan nuestra frontera sin control», afirmó la portavoz, aprovechando el momento para criticar a los demócratas que consideraban imposible asegurar la frontera sin una nueva legislación.
La Nueva Estrategia en la Frontera
El drástico descenso en los cruces fronterizos es el resultado de una serie de órdenes ejecutivas emitidas por el presidente Trump al asumir el cargo en enero. La nueva estrategia de la administración incluye el despliegue de tropas adicionales en la frontera sur y la suspensión inmediata de las solicitudes de asilo. Además, se amplió significativamente la capacidad operativa del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para arrestar y detener a inmigrantes indocumentados en territorio estadounidense.
Estas medidas, que buscan un enfoque de «mano dura», han sido complementadas con la intención declarada de Trump de deportar a millones de inmigrantes indocumentados durante su mandato. La administración ha respaldado estas promesas con redadas de inmigración en grandes ciudades de EE. UU. como Los Ángeles y Chicago, enviando un mensaje claro de disuasión a aquellos que buscan ingresar o permanecer en el país sin permiso. El presidente también ha expresado su deseo de eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento, lo que subraya la amplitud de su agenda anti-inmigración.
