La saga de la familia que fundó la cervecería Guinness es tan rica en triunfos como en tragedias y escándalos, una historia que ahora llega a la televisión en la serie House of Guinness, del creador de Peaky Blinders, Steven Knight. La idea nació de Ivana Lowell, descendiente de los Guinness, quien se dio cuenta de que la vida real de su clan era «mucho más jugosa e interesante» que cualquier drama de época ficticio. La serie, que se estrenará en Netflix, abarca seis generaciones, revelando las rivalidades, secretos e intrigas políticas que moldearon a la élite más próspera de Irlanda.
Rivalidad y Legado: El Punto de Partida del Guinness
La trama de la serie comienza con la muerte de Benjamin Guinness en 1868, nieto del fundador Arthur Guinness. Benjamin había convertido la cervecería de Dublín en una de las más grandes del mundo, consolidando a la familia como la más rica de Irlanda. La serie, que ha sido comparada con Succession, se centra en los deseos póstumos del patriarca y la forma en que sus cuatro hijos deben lidiar con su inmenso legado y la volátil Irlanda del siglo XIX. Esta era estaba marcada por una fuerte agitación política y una campaña activa contra el consumo de alcohol, factores que complicaban la vida de la próspera élite protestante a la que pertenecía la familia.
El drama se centra en la complicada relación entre los dos hijos mayores, Arthur y Edward. Arthur, el primogénito, esperaba el control absoluto de la fábrica de cerveza, pero el testamento de su padre lo obligó a compartir la propiedad con su inteligente, aunque adusto, hermano Edward. Esta rivalidad, forzada por las circunstancias y alimentada por el resentimiento, constituye el núcleo emocional de House of Guinness. Paralelamente, la hija, Anne, aunque solo heredó una cantidad simbólica, se dedicó a la filantropía, utilizando los fondos familiares para mejorar la vida de los pobres y enfermos de Dublín, honrando el legado de la familia Guinness.
Secretos, Escándalos y el Guinness en la Intemperie Política
La serie no solo explora las luchas por el control de la empresa, sino también cómo la familia Guinness navegó por un periodo histórico turbulento. La mayor parte de la acción se sitúa en una Irlanda convulsa, donde los fenianos (revolucionarios irlandeses) atacaban los intereses de los Guinness a pesar de que la empresa era conocida por tratar bien a sus trabajadores y pagar salarios superiores a la media. Edward Guinness, quien se convertiría en conde de Iveagh, resumió su filosofía de negocios con una frase: «No se puede ganar dinero con la gente a menos que se esté dispuesto a que la gente gane dinero con uno».
Ivana Lowell, cuyo concepto dio origen a la serie, enfatiza que la historia es una mezcla de éxito empresarial despiadado y el amor por Irlanda, obligando a sus antepasados a caminar por la cuerda floja. Para añadir conflicto, Steven Knight creó el personaje de Sean Rafferty, un apuesto capataz que actúa como mediador despiadado en la fábrica. Rafferty, a pesar de su astucia y lealtad, sirve para resaltar la rígida estructura de clases de la época, ya que nunca se le permite olvidar que es un sirviente y no un igual dentro del mundo de los Guinness.
Una Historia Personal: Crecer con la Carga del Apellido Guinness
La propia vida de Ivana Lowell está marcada por el tipo de tragedias y secretos que hacen tan apasionante la historia de su familia. Creció en mansiones aisladas, y su infancia estuvo teñida por la pérdida y el desorden familiar. Su hermana mayor murió de una sobredosis de heroína y su padrastro, el poeta Robert Lowell, falleció de un ataque al corazón. Sin embargo, el secreto más grande fue el de su propia ascendencia.
Lowell descubrió que su madre, Lady Caroline, le había ocultado la verdad sobre su padre biológico, llegando a hacer creer a dos hombres diferentes que podían serlo. Finalmente, una prueba de ADN confirmó que su padre era Ivan Moffat, un productor y guionista. Lowell plasmó esta dolorosa odisea en sus memorias Why Not Say What Happened («Por qué no decir lo que pasó»), que serán reeditadas este otoño, coincidiendo con el lanzamiento de la serie Guinness.
La Televisión Como Homenaje
Para Lowell, que no tenía formación en escritura de ficción, que un guionista de la talla de Steven Knight se inspirara en su historia fue muy emocionante. Knight reconoció que Lowell era una «mina inagotable» de información y secretos Guinness inéditos, lo que le dio la confianza, el espíritu y la «ligera locura» necesarios para la adaptación. La serie no es un drama de época tradicional al estilo Downton Abbey, sino una producción «ruidosa y trepidante», llena de «acontecimientos nefastos», que, en muchos aspectos, se asemeja al estilo rápido y dramático de Peaky Blinders.
A Lowell solo le preocupaba no defraudar a su numerosa y notable tribu de primos, entre los que se encuentran la diseñadora Daphne Guinness. Estaba segura de que no les importaría que se airearan los trapos sucios, pues la familia Guinness tiene un gran sentido del humor sobre sí misma. La nueva serie, al igual que la cerveza negra que hoy goza de popularidad entre los jóvenes, promete ser todo menos aburrida y capta la energía de una dinastía que usó la fortuna de la cerveza Guinness para influir en la historia de Irlanda.
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