
La guerra desatada tras los ataques liderados por Hamás el 7 de octubre de 2023 ha marcado un punto de inflexión demográfico en Israel, con un éxodo de familias que deciden abandonar el país en busca de una vida más tranquila. Para Nofar y Eyal Avidan, una familia de Ramla, los ataques y la subsiguiente guerra en Gaza fueron la confirmación de que debían irse. Mientras empacan sus pertenencias para mudarse a Ottawa, Canadá, Nofar, una profesora de inglés, utiliza la palabra «reubicarse» en lugar de «irse», un término cargado de peso que implica dar la espalda a la patria, pero que para ellos significa buscar un entorno diferente para su hija de siete meses. Esta tendencia ha llevado a que el número de personas que se van de Israel supere al de las que llegan, un fenómeno conocido como migración negativa, según la Oficina Central de Estadística de Israel (CBS).
La Búsqueda de Paz y el Descontento Político
El anhelo de «una vida pacífica» es el motor de esta decisión. Eyal, un abogado, y Nofar expresan su frustración con un entorno de inseguridad constante, donde «correr a un refugio o habitación segura cada vez que escuchan sirenas» se ha vuelto normal. Más allá de la guerra, Nofar también señala su descontento con el gobierno de Benjamin Netanyahu, al que considera el más religioso y de línea dura en la historia de Israel. Siente que los políticos ignoran a «las personas trabajadoras que contribuyen a la economía» mientras dan toda la atención a los ultraortodoxos, lo que les resta oportunidades de vida igualitaria. La emigración de esta familia se debe a una mezcla de inestabilidad militar y un profundo malestar con la dirección política y social del país, lo que ven como un futuro insostenible para sus hijos.
La inseguridad no solo es externa. Eyal teme que la sociedad israelí se haya vuelto «cada vez más violenta» desde antes de la guerra, una tendencia que, según él, empeoró con el conflicto. La CBS reportó que las muertes en carretera aumentaron un 22% en 2024 respecto al año anterior. Adicionalmente, el aumento de la violencia se ve exacerbado por la flexibilización de las leyes de armas impulsada por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, de extrema derecha. Medios israelíes informan de más de 400.000 solicitudes de licencias de armas de fuego después de octubre de 2023, lo que, según analistas como el Jcsfa, podría fomentar la violencia armada en las calles y es un factor más que acelera la partida de las familias.


Economía, Crisis de Justicia y Salida de Talento
A los factores de seguridad y descontento político se suma el factor económico. Los Avidan, que trabajan en el sector privado, mencionan que el costo de la vida se encareció, un problema agudizado por los aumentos de impuestos para cubrir los costos de la guerra, como el alza del IVA al 18% programada para enero de 2025. Un informe de la OCDE de abril de 2024 confirmó que «el nivel de precios comparativo de Israel se encuentra entre los más altos de la OCDE», lo que presiona aún más a las familias trabajadoras. Sin embargo, la migración negativa no comenzó con el 7 de octubre. Danny Scherer, un gestor de mudanzas, notó un aumento en la salida de personas desde mediados de 2023, atribuyéndolo a la crisis generada por la reforma judicial de Netanyahu que buscaba limitar los poderes del Tribunal Supremo.
Esta ola migratoria está afectando directamente a sectores clave. Según la Autoridad de Innovación de Israel, entre octubre de 2023 y julio de 2024, aproximadamente 8,300 trabajadores de alta tecnología abandonaron el país por un año o más, lo que equivale a cerca del 2.1% de la fuerza laboral del sector. Este es el primer descenso en el número de empleados de alta tecnología en al menos una década, lo que representa una fuga de cerebros significativa y un riesgo para la principal ventaja competitiva de la economía israelí. La emigración de profesionales a países como Canadá y Australia es una señal de que las élites económicas también están perdiendo la fe en la estabilidad del país.
La Migración Inversa: El Antagonismo del Antisemitismo
A pesar del éxodo, existe un movimiento contrario. Familias judías en el extranjero se mudan a Israel, impulsadas por una mezcla de razones espirituales y la búsqueda de seguridad ante el aumento del antisemitismo global tras el 7 de octubre y la guerra en Gaza. Simha y Meir Dahan, una pareja ultraortodoxa que se mudó a Ashkelon desde Mánchester (Reino Unido) en agosto de 2024, representan esta inmigración de retorno. Ellos consideran que Israel ofrece un nivel de seguridad y protección que no podían disfrutar en el extranjero, donde el creciente antisemitismo les obligó a dejar de usar la kipá en público o a sentirse amenazados por la hostilidad en las calles.
La Tercera Ola de Emigración Histórica
Según el profesor Sergio Della Pergola, esta migración negativa es solo la tercera vez que ocurre desde la fundación del Estado de Israel hace 77 años. El periodo 2023-2024 registró 82.700 personas que se fueron frente a solo 60.000 que llegaron. Las dos primeras veces (principios de los 50 y mediados de los 80) tuvieron causas principalmente económicas. Sin embargo, esta tercera ola de partida es única porque combina factores de seguridad, guerra y economía, junto con el descontento político. El profesor Della Pergola cree que esta tendencia, aunque con menor intensidad, probablemente continuará en 2025, lo que plantea un desafío demográfico y de identidad nacional a largo plazo.
