27 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. Una nueva disposición en el gobierno de Oaxaca ha generado controversia y molestia entre los servidores públicos de la Secretaría de Administración. Por órdenes del titular de la dependencia, Noel Hernández Rito, todos los trabajadores deberán portar, de manera obligatoria, ropa tradicional de alguna etnia del estado cada miércoles, a partir del próximo 1 de octubre. Esta exigencia, oficializada mediante la circular SA/SP/035/2025, es parte del programa «Miércoles de Sti Guen-da Stidu» (Miércoles de nuestra identidad), y busca promover la riqueza cultural de Oaxaca.
La Molestia de los Empleados Públicos y las Implicaciones Laborales
La circular, cuya existencia fue confirmada por el secretario particular del funcionario, José Armando López López, fue distribuida y obligó a los empleados a firmar de enterados. Aunque los servidores públicos manifestaron sentirse orgullosos de la cultura oaxaqueña, expresaron su molestia porque no todos poseen trajes regionales. Esto los obligará a desembolsar dinero no presupuestado para adquirir las prendas y cumplir con la orden. La situación es particularmente tensa para los trabajadores eventuales, quienes temen no acatar la orden podría significar la no renovación de su contrato.

El primer día de la nueva medida será el 1 de octubre, fecha en la que se les tomará una fotografía grupal a los burócratas usando sus trajes típicos, subrayando la naturaleza formal y de cumplimiento de la orden. Aunque hasta el momento no se han especificado sanciones formales para quienes no cumplan, el temor a perder su empleo —especialmente entre el personal eventual— es suficiente para garantizar el acatamiento. La obligación se percibe más como una medida de presión laboral que como una promoción genuina de la identidad cultural.
La Paradoja: Artesanía Local vs. Ropa de Origen Chino
Mientras el gobierno busca fomentar el orgullo indígena, la medida plantea una seria paradoja económica para los artesanos locales. Al ser consultados, colectivos y vendedores de este tipo de vestuario señalaron que la disposición, si bien podría aumentar las ventas de ropa tradicional, es poco probable que se refleje directamente en sus bolsillos. El problema radica en que el mercado de Oaxaca está inundado de artesanías de origen chino, copias de los diseños nativos que se venden a precios significativamente más bajos.
Los artesanos locales explicaron que un huipil sencillo, elaborado completamente a mano, puede costar entre 600 y 900 pesos. Sin embargo, las copias asiáticas, producidas con máquinas, se ofrecen en las calles de la capital hasta en 100 pesos por traje. Esto crea una competencia desleal que desvaloriza el trabajo indígena. De este modo, la obligación de vestir ropa tradicional podría, de manera involuntaria, promover la compra de productos chinos en lugar de la auténtica artesanía oaxaqueña.

El gobierno estatal argumenta que esta iniciativa busca promover la identidad y el orgullo hacia las 17 etnias de Oaxaca, donde el 69 por ciento de la población es indígena y el 31 por ciento habla una lengua nativa. No obstante, los críticos de la medida, incluyendo a los artesanos, señalan que el uso de prendas típicas no basta. La propuesta, aseguran, debe estar acompañada de un programa que profundice en la importancia cultural, el origen y la identidad de cada atuendo, pues de lo contrario, la ropa tradicional se reduce a un simple «disfraz» carente de significado.
El valor agregado de esta medida obligatoria reside en el riesgo de apropiación cultural institucional. El uso de la ropa tradicional por imposición gubernamental, sin la debida contextualización y respeto por los códigos de vestimenta específicos de cada etnia, trivializa su significado. La indumentaria indígena en Oaxaca (un estado con 17 pueblos originarios) suele estar ligada a roles sociales, ceremonias o estatus. Al ser utilizada de forma genérica y obligatoria por burócratas no indígenas, la iniciativa corre el riesgo de convertir un símbolo de identidad profundo en un uniforme administrativo, despojándolo de su valor intrínseco.