
25-Septiembre-2025.-.El presidente de Bolivia, Luis Arce, aprovechó su intervención en la Asamblea General de la ONU para lanzar fuertes críticas contra Estados Unidos. Durante su discurso, denunció que el país norteamericano utiliza la excusa de la lucha antidrogas para desplegar el Comando Sur en el Caribe y así mantener una presencia militar con fines estratégicos. Para el mandatario, se trata de un intento por recuperar el control sobre la región y apropiarse de recursos naturales.
Arce fue tajante al señalar que la movilización de misiles, aviones y submarinos bajo el argumento de la seguridad nacional estadounidense no es más que una maniobra para justificar la injerencia en asuntos internos de América Latina. El mandatario vinculó estas acciones con la intención de intervenir en Venezuela, nación con enormes reservas de petróleo que, según él, son codiciadas por Washington.
El jefe de Estado boliviano afirmó que la estrategia militar de Estados Unidos no solo amenaza la soberanía regional, sino que también mina la democracia. Calificó estas acciones como una forma moderna de “neocolonialismo”, donde se busca imponer control mediante la fuerza y no a través de la cooperación. En sus palabras, lo que ocurre hoy en el Caribe es una reedición del viejo monroísmo que pretendía justificar que América pertenece a los estadounidenses.
Además, Arce subrayó que esta política exterior pretende transformar a los países latinoamericanos en un “dique de contención” frente a la formación de un mundo multipolar. El mandatario criticó que el discurso sobre el combate al narcotráfico es una falacia, ya que EE.UU. debería comenzar enfrentando el consumo interno en su propio territorio antes de señalar a otros países.
Durante su discurso, Arce también hizo una férrea defensa del multilateralismo y de la necesidad de fortalecer el papel de la ONU para resolver los conflictos internacionales. Recalcó que el unilateralismo encabezado por Estados Unidos y Europa está debilitando los mecanismos de cooperación global y fomentando más divisiones. Para Bolivia, el camino debe ser la integración y no la imposición.
El presidente extendió su crítica hacia el bloqueo económico contra Cuba, que ha causado pérdidas millonarias durante más de seis décadas. Señaló que este tipo de sanciones unilaterales no solo afectan la economía de los pueblos, sino que también generan inestabilidad social y política.
Las denuncias de Arce no se dan en un vacío. Desde la Guerra Fría, Estados Unidos ha mantenido un fuerte interés en América Latina, utilizando tanto la vía diplomática como la militar para preservar su influencia. Ejemplos como la invasión a Panamá en 1989, el apoyo a dictaduras durante las décadas de 1960 y 1970, o la intervención en Haití, muestran cómo la presencia estadounidense ha marcado la política de la región.
Hoy, en un escenario global donde potencias como China y Rusia aumentan su presencia en el continente, la presión militar de Washington puede interpretarse como un intento por reafirmar su dominio frente a un mundo cada vez más multipolar. Este contexto refuerza la idea de Arce de que la actual estrategia responde más a la geopolítica que a la seguridad.
En conclusión, el discurso del presidente boliviano busca llamar la atención sobre el impacto que tiene la militarización en la estabilidad de América Latina y el Caribe. Sus palabras representan un llamado crítico a replantear las relaciones con Estados Unidos y abrir paso a un modelo de cooperación basado en el respeto mutuo. Aunque su postura genera debate, pone sobre la mesa una discusión clave: el papel que debe jugar la región en un mundo en plena transformaci