
23 SEPTIEMBRE 2025-NACIONAL- El tráfico de animales exóticos en México sigue siendo un negocio ilegal y lucrativo, a pesar de los esfuerzos de las autoridades y activistas por proteger la fauna. Mercados como Garibaldi en Cuauhtémoc; Emiliano Zapata y La Raza en Gustavo A. Madero; y Sonora y Mixhuca en Venustiano Carranza son puntos recurrentes de venta de especies extraídas directamente de su hábitat natural. La demanda nacional mantiene esta práctica, beneficiando principalmente a grupos ligados al crimen organizado.
Expertos alertan que este delito tiene múltiples repercusiones ecológicas. La extracción de vida salvaje genera desequilibrios en los ecosistemas, amenaza especies y altera cadenas alimenticias. Sin embargo, los analistas destacan que también hay un componente psicológico: muchas personas creen que pueden “poseer” una especie exótica, asociando este acto con poder, estatus o incluso un vacío emocional que buscan llenar.

Mercados públicos en la CDMX
En la capital mexicana hay al menos cinco mercados donde se comercializan animales bajo alguna de las categorías de riesgo de la NOM-059-SEMARNAT-2010. Estas especies son consideradas exóticas y su venta está estrictamente regulada, aunque los huecos legales permiten que los traficantes operen con relativa impunidad, enfrentando castigos mínimos en caso de ser detenidos.
El reportaje reveló que las especies más traficadas incluyen loros, pericos y otros aves, pero también se han detectado reproducciones no éticas de grandes felinos. La crianza de estos animales en cautiverio está alcanzando niveles comparables a la de perros y gatos, lo que demuestra la magnitud del problema y la sofisticación del comercio ilegal.

Legislación y operativos
Esta práctica viola varios artículos de la Ley General de Vida Silvestre, así como la Ley de Protección y Bienestar de los Animales de la Ciudad de México. Esta última prohíbe explícitamente la venta de animales vivos en mercados públicos y otorga a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) atribuciones para realizar operativos y decomisos, aunque la aplicación efectiva sigue siendo un reto. El contacto cercano con animales exóticos sin controles adecuados puede propiciar la transmisión de enfermedades zoonóticas y complicaciones legales en caso de accidentes o maltrato.
Las autoridades han realizado decomisos esporádicos, pero la falta de seguimiento y la dificultad para rastrear a los traficantes perpetúa la problemática. Activistas y especialistas llaman a fortalecer los mecanismos de denuncia y a mejorar la coordinación entre instituciones para garantizar que los animales sean rescatados y devueltos a sus hábitats naturales cuando sea posible.
El tráfico de animales exóticos en México es un reflejo de la necesidad urgente de reforzar la educación ambiental, crear conciencia sobre la protección de la vida salvaje y cerrar los huecos legales que permiten que este lucrativo negocio continúe operando en la impunidad, comprometiendo tanto la biodiversidad como la integridad de los ecosistemas.
