
23 de Septiembre del 2025.- La Comisión de Investigación de la ONU ha denunciado que los crímenes de guerra siguen ocurriendo en Siria, a pesar del cambio de régimen a finales de 2024. Un informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos detalla preocupantes violaciones de derechos humanos contra minorías. Estos actos incluyen ejecuciones sumarias, saqueos, asesinatos y confiscación de propiedades, lo que demuestra la inestabilidad que persiste en el país. El presidente de la comisión, Paulo Sergio Pinheiro, afirmó que estos hechos exigen una investigación independiente y la rendición de cuentas para que las víctimas puedan recibir una compensación.

El informe de la ONU documenta varios incidentes graves. Uno de los más notorios es la matanza de más de 1,400 alauíes en marzo en las ciudades de Latakia, Tarus y Hama. Además, se han registrado asesinatos y detenciones de miembros de esta comunidad. Otro caso que se mencionó en el documento es la nueva ola de violencia que estalló en julio en Al Sueida, donde las comunidades drusas y beduinas sufrieron ataques, resultando en cientos de muertos y más de 200,000 desplazados. Las fuerzas de seguridad del gobierno de transición también fueron señaladas por su conducta durante estos incidentes, lo que genera serias preocupaciones.

Inestabilidad que profundiza los crímenes de guerra
La falta de capacidad para reconciliar diferentes puntos de vista sobre el futuro de Siria amenaza con fragmentar aún más al país y podría llevar a un prolongado conflicto. La ONU insiste en que las autoridades sirias deben abordar las causas profundas de esta violencia y trabajar para recuperar la confianza entre el Estado y las comunidades afectadas. Este contexto de inestabilidad política y social crea un caldo de cultivo propicio para que los crímenes de guerra sigan ocurriendo sin un control adecuado, lo que pone en riesgo la vida y los bienes de las minorías.
Un factor adicional de inestabilidad es la intervención de actores externos. Según Pinheiro, los frecuentes ataques aéreos de Israel en Siria también contribuyen a la situación. El informe acusa a Israel de violar la soberanía siria y de ocupar tierras más allá de la línea de separación de 1974. Además, se denuncia que han desplazado a civiles y han detenido arbitrariamente a ciudadanos sirios durante operaciones terrestres. Esta interferencia externa agrava las tensiones existentes y complica los esfuerzos para lograr la paz y la estabilidad en el país.

Los drusos son un grupo religioso minoritario con creencias distintas que han logrado mantener cierta autonomía en sus territorios. Y los beduinos son grupos nómadas árabes. La violencia contra estas minorías no solo es un conflicto étnico o religioso, sino también una lucha por el poder, los recursos y la venganza tras el cambio de régimen, lo que explica la persistencia de los crímenes de guerra.