
En una confesión pública que conmovió a sus seguidores, Alabama Barker, la hijastra de Kourtney Kardashian, reveló que sufrió una pérdida de embarazo a través de un video de TikTok que luego eliminó. Con apenas 19 años, Alabama compartió que además está lidiando con traición y críticas constantes en redes sociales.
Alabama Barker es hija del baterista de Blink‑182, Travis Barker, y la modelo Shanna Moakler, lo que la sitúa desde pequeña en el ojo público. Su familia es una mezcla de hermanos mayores y medios hermanas, incluyendo a Landon, 21, y Atiana De La Hoya. Esta visibilidad le ha generado tanto apoyo como presión, pues mantener la privacidad se vuelve complejo cuando cada gesto o palabra puede viralizarse.
La confesión y su cierre temporal a redes sociales
El video que publicó mostraba momentos de llanto y una reflexión profunda: “You know ever since I lost my baby, got cheated on, while also getting hated on, I’d get this feeling like… I’ll never be the same person again.” Poco después, Alabama anunció que se alejaría temporalmente de TikTok e Instagram, y borró algunas publicaciones recientes. Al regresar brevemente, subió un carrusel de fotos, desactivó los comentarios y luego borró el contenido por completo.
El peso de la fama y la salud mental
Esta situación pone de manifiesto lo difícil que puede ser para jóvenes figuras públicas llevar una vida privada cuando temas profundamente personales se transforman en noticias virales. El acoso, los rumores y la exposición constante pueden desencadenar efectos serios en la salud mental. Que Alabama haya sentido la necesidad de eliminar el contenido y retirarse momentáneamente de redes sociales sugiere que el estrés emocional fue significativo.
Rumores previos y aclaraciones
Previamente, Alabama había sido objeto de especulación sobre un embarazo con el rapero Tyga, rumores que ella negó de forma clara: “I’ve also never been pregnant, nor do I know Soulja Boy. The end.” También ha estado envuelta en controversias derivadas de enfrentamientos públicos con otras figuras del mundo digital, lo que exacerba la presión que enfrenta.
Esta situación nos invita a reflexionar sobre cómo manejamos el dolor cuando somos figuras públicas, y la necesidad de espacios seguros para procesar emociones sin juicio. También resalta la importancia de desmitificar la idea de que tener fama significa estar preparado para todas las adversidades. No todos los jóvenes talentos tienen un sistema de apoyo robusto frente al escrutinio mediático, y muchas veces la salud mental queda relegada.