
Bad Bunny bajó el telón de su residencia No Me Quiero Ir de Aquí en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot con una jornada que será recordada por siempre. El sábado 20 de septiembre, durante el concierto titulado Una Más, el cantante sorprendió al público al invitar a Marc Anthony para cantar juntos. El momento más emotivo fue cuando interpretaron “Preciosa”, himno tradicional puertorriqueño que Anthony popularizó en 1999.
Desde antes del gran cierre, circulaban rumores sobre invitados especiales, pero nadie esperaba la aparición de Marc Anthony. El salsero fue recibido con una ovación masiva, mostrando una conexión profunda con su pueblo natal al salir con la bandera de Puerto Rico. Nadia Ferreira, su esposa, compartió desde el backstage escenas llenas de emoción: abrazos, gestos y complicidad entre ambos artistas.
Un cierre con identidad
La canción «Preciosa», escrita por Rafael Hernández Marín en 1937, actuó como nexo simbólico entre generaciones. Bad Bunny dijo que aunque hace más de 20 años no la cantaba, decidió interpretarla para conectar con su audiencia. El himno representa orgullo, recuerdos y la historia de Puerto Rico, haciéndose presente en un concierto moderno que, sin embargo, honra al pasado.
Más allá del escenario
El cierre coincidió con el octavo aniversario del huracán María, lo que agregó un matiz de reflexión y compromiso social al evento. Bad Bunny aprovechó para anunciar una alianza con Amazon Music que se enfocará en educación, alivio de desastres y empoderamiento cultural. Así, la residencia no solo será recordada por su música, sino también por su dimensión humana y social.
Con más de 250.000 asistentes en 30 conciertos, invitaciones de lujo, y transmisiones globales, la residencia dejó una marca imborrable no sólo en el Coliseo sino en millones de fanáticos. Cantantes como RaiNao, Dei V, Ñengo Flow, Arcángel, De La Ghetto y Jowell & Randy subieron al escenario para acompañar a Bad Bunny durante todo el recorrido.
Desde un enfoque crítico, este tipo de shows reflejan el poder de la música como espacio de identidad colectiva y resistencia cultural. En lugar de sólo un gran espectáculo, se convierten en momentos que reafirman origen, comunidad y orgullo. Y al invitar a Marc Anthony, Bad Bunny no sólo cerró una etapa artística, sino que tendió puentes intergeneracionales entre distintos estilos musicales y públicos.