
22 SEPTIEMBRE 2025-NACIONAL- La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, aseguró que su administración se mantiene vigilante de las investigaciones que lleva a cabo la Fiscalía de CDMX tras la trágica explosión en Iztapalapa ocurrida el pasado 10 de septiembre en el Puente de la Concordia. A 10 días del siniestro, la cifra de fallecidos asciende a 27, mientras que 18 personas permanecen hospitalizadas y 39 han sido dadas de alta.
El seguimiento del Gobierno capitalino
Brugada informó mediante un comunicado en sus redes sociales que no se ha dejado de acompañar a las familias de las víctimas y se mantienen activos los apoyos económicos, solidarios y la asesoría jurídica. Recalcó que la prioridad de su administración es garantizar justicia, así como dar seguimiento a los procesos legales que determinarán responsabilidades sobre el accidente. La funcionaria morenista añadió que el gobierno capitalino comparte el dolor de los afectados y que no están solos en este proceso.
El último reporte presentado por la mandataria confirmó el aumento en la cifra de víctimas mortales, lo que refleja la gravedad de la tragedia. Autoridades sanitarias explicaron que la mayoría de los heridos sigue internada en el Hospital General Rubén Leñero, el Hospital Regional Zaragoza ISSSTE y el Instituto Nacional de Rehabilitación, donde reciben atención especializada para quemaduras y lesiones graves.

La explosión y sus consecuencias
El accidente se registró el 10 de septiembre cuando una pipa de gas explotó en el Puente de la Concordia. El siniestro no solo dejó un saldo humano devastador, sino también graves afectaciones en la zona, donde vecinos reportaron daños estructurales en viviendas y locales. Este hecho puso nuevamente sobre la mesa el debate sobre la seguridad en el transporte de combustibles dentro de zonas urbanas y la necesidad de reforzar regulaciones.
La explosión en Iztapalapa ha generado cuestionamientos sobre si la pipa cumplía con las normas de seguridad vigentes y si existió una supervisión adecuada. Hasta ahora, la FGJCDMX no ha dado un informe definitivo sobre las causas, pero adelantó que se investigan posibles fallas mecánicas, negligencia en el manejo de la unidad o incluso un posible mal estado del cilindro de gas.

Este accidente debe servir como punto de inflexión para replantear los protocolos de circulación de pipas en zonas densamente pobladas. Advierten que la combinación de unidades con mantenimiento deficiente y rutas saturadas de tráfico aumenta los riesgos de tragedias similares.
La Secretaría de Salud de la CDMX actualiza diariamente el estado de los lesionados y ha pedido a la población mantenerse informada a través de canales oficiales. Asimismo, vecinos de la zona afectada han solicitado que se les incluya en programas de apoyo, ya que varios negocios y viviendas quedaron con daños irreparables.
El reto para el gobierno capitalino será no solo atender a las víctimas de la explosión en Iztapalapa, sino también implementar medidas para que hechos de esta magnitud no se repitan. En este sentido, especialistas recomiendan una estrategia integral que contemple revisión más estricta a las empresas distribuidoras de gas, capacitación constante a operadores y rutas alternas que eviten el paso de pipas en zonas habitacionales altamente pobladas.
