
La plataforma YouTube elimin贸 recientemente el canal oficial del presidente venezolano, Nicol谩s Maduro, sin ofrecer explicaciones p煤blicas. El canal, que contaba con m谩s de 230 mil suscriptores, ya no est谩 disponible para los usuarios. Al intentar acceder, aparece un mensaje gen茅rico que indica que el canal fue eliminado, lo cual gener贸 sorpresa tanto entre simpatizantes como opositores. Hasta el momento, no hay un pronunciamiento oficial por parte del gobierno de Venezuela ni de representantes de Google. Esta acci贸n ocurre en un contexto internacional donde crece la tensi贸n en torno al control de la informaci贸n.
La eliminaci贸n del canal ha sido denunciada por medios estatales venezolanos como Telesur, que acusan a plataformas digitales de participar en una 芦guerra h铆brida禄 contra Venezuela. Seg煤n estos medios, las grandes empresas tecnol贸gicas est谩n tomando partido pol铆tico al restringir voces oficiales del gobierno. La narrativa del oficialismo sostiene que esta medida es parte de una estrategia de desestabilizaci贸n impulsada por actores internacionales. No es la primera vez que el gobierno de Maduro acusa a redes sociales de silenciar contenido que va en contra de intereses externos. El hecho ha despertado reacciones divididas en la opini贸n p煤blica nacional e internacional.
En el pasado, YouTube ya hab铆a sancionado al canal de Maduro por difundir informaci贸n m茅dica no verificada relacionada con el COVID-19, lo cual violaba sus pol铆ticas de contenido. Sin embargo, en esta ocasi贸n no se ha explicado si la eliminaci贸n est谩 relacionada con una infracci贸n de normas comunitarias o con presiones pol铆ticas. El canal conten铆a discursos, anuncios presidenciales, programas oficiales y transmisiones en vivo. Para muchos seguidores del chavismo, esta acci贸n representa un ataque a la libertad de expresi贸n. Para otros, es una forma de frenar la desinformaci贸n desde organismos gubernamentales.
Esta medida se suma a otras restricciones digitales que ha enfrentado el gobierno venezolano. En agosto de 2024, por ejemplo, se bloque贸 durante 10 d铆as el acceso a la red social X (antes Twitter), poco despu茅s de las controvertidas elecciones presidenciales. Organizaciones internacionales de derechos humanos han denunciado que Venezuela restringe el acceso a internet como mecanismo de control pol铆tico. El propio Maduro ha acusado p煤blicamente a plataformas como TikTok de fomentar la violencia, la desobediencia y la desinformaci贸n. En respuesta, las autoridades venezolanas han intentado aplicar sanciones a dichas plataformas dentro del pa铆s.
Por su parte, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha emitido resoluciones para obligar a plataformas digitales a eliminar contenidos considerados peligrosos o inadecuados. En diciembre de 2024, se impusieron sanciones econ贸micas a redes sociales que no retiraron desaf铆os virales que, seg煤n el gobierno, pon铆an en riesgo a menores de edad. Estos antecedentes muestran una relaci贸n tensa entre el gobierno de Maduro y las plataformas digitales. La censura, tanto interna como externa, se ha convertido en un tema de debate constante en Venezuela. La desaparici贸n del canal de YouTube solo intensifica esta controversia en un entorno ya polarizado.