
19 SEPTIEMBRE 2025-NACIONAL-El Congreso de Chihuahua aprobó reformas a la Ley de Seguridad Escolar y a la Ley Estatal de Educación, con las cuales queda prohibida la reproducción de narcocorridos en escuelas y cualquier música que haga alusión al crimen organizado. Esta medida busca prevenir la normalización de la violencia entre los estudiantes y reforzar los ambientes educativos como espacios libres de conductas delictivas.
La propuesta fue impulsada por legisladores del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN), quienes argumentaron que los narcocorridos en escuelas influyen en la cultura de la violencia, la cual está estrechamente ligada a problemas sociales como la violencia familiar y la violencia de género. De acuerdo con los legisladores, el consumo cotidiano de estos contenidos en espacios formativos puede generar una visión distorsionada sobre la delincuencia y sus consecuencias.
Justificación de la prohibición
Según la bancada panista, la violencia familiar en Chihuahua representa una problemática de gran escala. La Fiscalía General del Estado reportó que en 2021 se iniciaron 12 mil 968 carpetas de investigación por este delito, mientras que de enero a octubre de 2022 la cifra alcanzó 10 mil 645 casos. Para los legisladores, la reproducción de narcocorridos en escuelas fomenta patrones culturales que legitiman la agresión y debilitan la formación en valores.
Además, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) reveló que el 11.6% de las mujeres de 15 años o más en Chihuahua ha experimentado violencia familiar. Bajo este contexto, los diputados señalaron que se requieren acciones contundentes para cortar de raíz todo aquello que contribuya a perpetuar estas conductas.

Un debate sobre cultura y educación
La decisión del Congreso de Chihuahua ha abierto un debate social. Mientras algunos sectores aplauden la medida por considerar que los narcocorridos en escuelas distorsionan el proceso educativo, otros críticos advierten que esta prohibición puede confundirse con un acto de censura cultural. En un estado donde el narcotráfico ha marcado parte de su historia reciente, la música es también un reflejo de la realidad que viven muchas comunidades.
En este sentido, junto con la prohibición, se implementen programas de educación artística y talleres musicales que ofrezcan alternativas creativas. De esta manera, en lugar de limitar expresiones, se abrirían espacios para canalizar el talento juvenil en proyectos que promuevan mensajes positivos.

La medida del Congreso de Chihuahua debe acompañarse de campañas de concientización y orientación psicológica en escuelas. Estudios sobre el impacto cultural de la música en jóvenes revelan que la simple prohibición no elimina la exposición a estos contenidos, ya que los estudiantes pueden seguir accediendo a ellos en plataformas digitales y redes sociales. Por ello, el verdadero reto radica en enseñar a los adolescentes a interpretar críticamente lo que consumen.