18 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. La violencia en Celaya, Guanajuato, cobró una nueva víctima, esta vez en las filas de las fuerzas de seguridad. El comandante José Inés Mejía Rangel, de la Dirección de Tránsito y Policía Vial, fue asesinado a balazos la mañana de este jueves mientras se dirigía a su casa en la colonia Villas de los Arcos. El ataque ocurrió cerca de las 7:30 de la mañana, cuando vecinos de la zona reportaron al 911 al menos 10 detonaciones de arma de fuego, lo que desencadenó un operativo de seguridad que, sin embargo, no pudo evitar la tragedia.
El comandante Mejía, de 43 años, acababa de terminar su turno y se disponía a descansar cuando fue sorprendido por los agresores. La violencia del ataque fue tal que, a pesar de la rápida llegada de paramédicos, no pudieron hacer nada para salvarle la vida. Su esposa, quien escuchó los disparos y encontró la camioneta con su esposo herido, fue la primera en solicitar ayuda. El incidente, que ha conmocionado a la comunidad, vuelve a poner en evidencia la vulnerabilidad de los elementos de seguridad en la región.
Un Patrón de Violencia Contra Agentes de Tránsito
Este asesinato no es un hecho aislado, sino que se enmarca en un patrón de violencia dirigido contra los agentes de tránsito en Celaya. A finales de agosto, en un lapso de apenas unos días, se registraron dos incidentes similares que han encendido las alarmas. El 26 de agosto, un elemento de tránsito fue privado de su libertad cuando llegaba a su domicilio, y hasta la fecha se desconoce su paradero. Tres días después, el 29 de agosto, María Guadalupe, una agente con 15 años de servicio en la corporación, fue asesinada a bordo de su vehículo mientras se dirigía a su trabajo.
La recurrencia de estos ataques sugiere que los agentes de tránsito se han convertido en un objetivo de la violencia que azota la región. Este tipo de crímenes no solo impactan a las familias de las víctimas y a la corporación, sino que también generan un ambiente de miedo e incertidumbre en la comunidad. Las autoridades, incluyendo a la Policía Municipal y la Guardia Nacional, llegaron al lugar de los hechos, pero la impunidad sigue siendo un tema pendiente, ya que los atacantes lograron escapar sin dejar rastro, según testigos que solo reportaron haber escuchado el motor de una motocicleta alejarse a gran velocidad.
La Impunidad Aviva la Violencia en Celaya
La falta de información sobre los agresores y la fuga de los mismos alimenta la sensación de impunidad que prevalece en la región. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por acordonar la zona y dar aviso a la dependencia estatal, la falta de resultados en los casos anteriores genera una gran preocupación. La violencia en Celaya se ha vuelto un problema recurrente que exige una respuesta más contundente por parte de las autoridades para garantizar la seguridad de los ciudadanos y de quienes se encargan de protegerlos.
Este lamentable suceso subraya la necesidad de fortalecer las estrategias de seguridad y de protección a los elementos de las corporaciones de tránsito y policía. La repetición de los ataques demuestra que las medidas actuales no son suficientes para detener la ola de violencia que afecta a la ciudad. La sociedad celayense y las familias de los agentes de seguridad merecen vivir en un entorno de paz y justicia, donde la violencia no sea la norma y donde los crímenes sean castigados.
