
El rey del pueblo indígena maorí de Nueva Zelandia, Kiingi Tuheitia Pootatau Te Wherowhero VII, falleció este viernes a los 69 años, según confirmaron sus representantes. Su muerte ocurrió de manera pacífica, días después de haber estado internado en el hospital tras una operación de corazón. El líder era ampliamente respetado por su comunidad y considerado un símbolo de unidad para las tribus de la nación.
Rahui Papa, portavoz de la familia real, expresó que “la muerte de Kiingi Tuheitia es un momento de gran tristeza para los seguidores de Te Kiingitanga, Maaoridom y toda la nación”. Su partida deja un vacío importante en la vida cultural y política de los maoríes, quienes representan alrededor del 20 % de la población de Nueva Zelandia.
El cargo de monarca maorí se originó en 1858 como parte del movimiento Kiingitanga, cuyo objetivo era unificar a las tribus indígenas y resistir los efectos del colonialismo. Aunque el monarca no posee autoridad legal ni judicial, desempeña un papel ceremonial de gran relevancia, especialmente en temas sociales y culturales.
Durante su reinado de 18 años, Kiingi Tuheitia se mantuvo como un defensor de los derechos de su pueblo y un promotor de la identidad maorí. Bajo su liderazgo, se llevaron a cabo múltiples encuentros que buscaron fortalecer la lengua, las costumbres y la dignidad de las comunidades indígenas.
En enero de este año, Kiingi Tuheitia reunió a más de 10.000 personas en un encuentro histórico para debatir la respuesta a las propuestas del Gobierno de derecha de Nueva Zelandia, que buscaba disolver la autoridad sanitaria maorí, limitar el uso de su lengua y eliminar restricciones al tabaco. Estas medidas eran vistas como un retroceso en los avances conseguidos en materia de salud y representación cultural.
El rey defendió firmemente la continuidad de políticas que protegieran a su comunidad, especialmente en áreas sensibles como la educación, la salud pública y el reconocimiento de los derechos colectivos. Sus posturas lo convirtieron en una figura central para el movimiento indígena en Oceanía.
Uno de los aportes más significativos de Kiingi Tuheitia fue su insistencia en que el sistema de salud y educación reflejara las necesidades de los maoríes. Bajo su influencia, se impulsaron programas que buscaban disminuir las desigualdades, como clínicas comunitarias y campañas contra el tabaquismo.
Si bien los desafíos persisten —como las tasas más altas de encarcelamiento y enfermedades crónicas—, su voz fue clave para visibilizar la situación y presionar a las autoridades para que implementaran políticas más justas. Su fallecimiento plantea dudas sobre quién podrá asumir ese papel con la misma fuerza y legitimidad.
La comunidad indígena de Nueva Zelandia enfrenta ahora el reto de mantener la unidad en un contexto político en el que sus derechos están en debate. El funeral de Kiingi Tuheitia se espera que reúna a miles de personas, tanto locales como visitantes internacionales, y será un momento decisivo para reafirmar el legado de resistencia y dignidad del pueblo maorí.