17 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. La presidenta Claudia Sheinbaum respondió a las recientes declaraciones del expresidente Ernesto Zedillo, quien la acusó a ella y a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, de haber «destruido la democracia mexicana». En su conferencia de prensa matutina, la mandataria federal criticó a Zedillo por una serie de decisiones tomadas durante su sexenio, incluyendo el supuesto pacto con Estados Unidos para facilitar la alternancia presidencial en el año 2000, la corrupción en el Fobaproa y la imposición de ministros en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Sheinbaum ironizó sobre la postura de Zedillo, preguntando cómo puede un personaje con ese historial hablar de democracia.
La presidenta Sheinbaum recordó las memorias de Francisco Labastida, excandidato presidencial del PRI, quien afirmó que Zedillo acordó con Estados Unidos abrir el camino al PAN y a Vicente Fox en las elecciones del 2000. Además, arremetió contra el expresidente por el rescate bancario del Fobaproa, un proceso que, según la mandataria, fue corrupto y careció de transparencia, dejando a los deudores en la calle mientras salvaba a banqueros y empresarios. Para Sheinbaum, estos actos no son congruentes con los principios de la democracia que Zedillo ahora defiende.

Choque de Visiones sobre la Democracia
El debate sobre la democracia se ha intensificado. Por un lado, Ernesto Zedillo argumentó en una entrevista que la democracia fue destruida por la desaparición de organismos autónomos como el INAI y la COFECE, la sumisión de las instituciones electorales y la elección popular de ministros y jueces. Por otro lado, Claudia Sheinbaum cuestionó la postura del expresidente, poniendo en duda qué es más democrático: si la reciente elección popular del Poder Judicial o la reforma que él impulsó en 1995, la cual le permitió cesar a 26 ministros e imponer a un nuevo tribunal, con tan solo 11 juzgadores.
Sheinbaum recordó que Zedillo fue quien decidió «acabar con la Corte que estaba antes» y nombrar a los nuevos ministros, demostrando el poder que tenía en el proceso. La mandataria considera que las críticas del exmandatario son un intento desesperado de atacar a su gobierno y al de su predecesor, López Obrador, quien, según ella, logró que 13.5 millones de personas salieran de la pobreza durante su sexenio. Este choque de visiones sobre lo que constituye una auténtica democracia refleja la profunda división política que existe en el país.

El debate entre Sheinbaum y Zedillo también ha sacado a la luz las diferentes interpretaciones de la democracia en México. Para el expresidente, se trata de la defensa de las instituciones y los organismos autónomos, mientras que para la actual presidenta, la democracia está intrínsecamente ligada a la justicia social y a la participación ciudadana en la elección de sus representantes en todos los niveles, incluido el judicial. Esta confrontación ideológica subraya las tensiones históricas y contemporáneas sobre el camino que debe seguir la nación.
El Fobaproa, o Fondo Bancario de Protección al Ahorro, fue un programa creado en 1995 para rescatar a los bancos que se encontraban en quiebra tras la crisis económica. Sin embargo, en 1998, se reveló que el programa se había convertido en un enorme pasivo público, ya que el gobierno asumió las deudas de los banqueros, lo que ha costado a los contribuyentes mexicanos una cantidad millonaria a lo largo de las décadas. Este escándalo ha sido un tema recurrente de debate en la política mexicana y es un punto de crítica central de los opositores a los gobiernos que lo impulsaron. La democracia de un país no solo se mide por la pulcritud de sus elecciones, sino también por la transparencia y el manejo ético de las finanzas públicas, y el caso del Fobaproa sigue siendo un ejemplo de las fallas del sistema.