16 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El presidente electo de la Oxford Union, George Abaraonye, se encuentra en el centro de una polémica en Oxford Union tras celebrar el asesinato del activista conservador estadounidense Charlie Kirk. Según el diario The Telegraph, Abaraonye envió mensajes en un chat grupal y publicó una nota en Instagram donde se burlaba de la muerte de Kirk. Aunque el presidente electo borró rápidamente sus comentarios, el incidente ha generado una fuerte condena y ha puesto en duda su idoneidad para liderar la prestigiosa sociedad de debate.
En un comunicado a The Times, Abaraonye admitió que había «reaccionado impulsivamente» al enterarse del tiroteo y que sus comentarios «no reflejaban» sus valores. «Para que quede claro: nadie merece ser víctima de violencia política. Nadie debería ser lastimado ni asesinado por sus opiniones», agregó. Sin embargo, sus declaraciones no han detenido la polémica en Oxford Union, que ha declarado que abordará las acusaciones con «la máxima seriedad», lo que ha generado más debate sobre si debe ser destituido de su cargo o no.

Un historial de desacuerdos y una moción de censura
La polémica en Oxford Union se ha intensificado debido a la historia de desacuerdos entre Abaraonye y Kirk. Ambos participaron en un debate sobre masculinidad tóxica en mayo, donde sus posturas chocaron frontalmente. Abaraonye justificó su reacción inicial citando la «retórica horrible y deshumanizante» de Kirk, quien, según él, había justificado la muerte de niños en tiroteos escolares y la matanza de civiles en Gaza. Sin embargo, sus propias palabras han sido objeto de escrutinio, ya que circula en redes sociales un discurso de febrero donde Abaraonye afirma que, en ocasiones, «se requiere una represalia violenta» para generar un cambio efectivo en el mundo.
La Oxford Union ha condenado las «opiniones personales» de Abaraonye, aclarando que no representan los valores de la institución. Aunque no tiene el poder de destituirlo de inmediato, la sociedad ha advertido que tomará medidas para demostrar que el desacuerdo debe expresarse a través del diálogo y no mediante amenazas. El 12 de octubre, cuando Abaraonye asuma su cargo, podría enfrentar una moción de censura que resultaría en su destitución, lo que ha avivado la polémica en Oxford Union y ha puesto a la institución en una situación muy difícil.

La polémica en Oxford Union ha trascendido las fronteras de la universidad. Mientras que algunos han criticado a Abaraonye por sus comentarios insensibles, otros han condenado los «insultos racistas y las amenazas» que ha recibido por su origen. La Oxford Union ha enfatizado que «ninguna persona debería ser atacada por el color de su piel», un mensaje que subraya la complejidad del problema. El debate ha puesto de manifiesto la tensión entre la libertad de expresión y la responsabilidad de los líderes de una institución de alto perfil.