15 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Rumania se ha convertido en el segundo país de la OTAN en denunciar una incursión de drones rusos en su espacio aéreo, lo que ha elevado las tensiones en el flanco oriental de la Alianza. Según un comunicado del Ministerio de Defensa rumano, sus aviones de combate F-16 detectaron y rastrearon un dron ruso cerca de la frontera con Ucrania. La incursión de drones ocurrió mientras los aviones rumanos vigilaban un ataque aéreo ruso contra infraestructuras ucranianas en el río Danubio. A pesar de que el dron no sobrevoló zonas pobladas, el incidente ha generado una profunda preocupación en la región.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó que la incursión no pudo ser un error, sino una «evidente expansión de la guerra por parte de Rusia». Esta declaración subraya la seriedad con la que Kiev percibe la situación y su llamado a los países occidentales para que endurezcan las sanciones contra Moscú. Hasta el momento, Rusia no ha emitido comentarios sobre la denuncia de Rumania, manteniendo el silencio sobre el incidente. Esta falta de respuesta de Moscú contribuye a la incertidumbre y la tensión en la región, lo que ha generado más debate sobre la incursión de drones en el espacio aéreo de la OTAN.
La respuesta de Polonia y la OTAN
La incursión de drones en Rumania se produce días después de que Polonia derribara al menos tres drones rusos que habían entrado en su espacio aéreo. En respuesta, el primer ministro polaco, Donald Tusk, ha declarado que las operaciones aéreas preventivas de su país y de la OTAN ya han comenzado y que los sistemas de defensa aérea en tierra están en su «máximo estado de preparación». La rápida respuesta de Polonia y la OTAN demuestra que la Alianza se toma muy en serio la protección de sus fronteras y que está dispuesta a actuar para defender a sus miembros.
En un gesto de solidaridad, la República Checa anunció el envío de una unidad especial de helicópteros a Polonia. La ministra de Defensa checa, Jana Cernochova, declaró que esta medida es una respuesta directa a las incursiones rusas en el flanco oriental de la OTAN. El despliegue, que incluye tres helicópteros Mi-171S con capacidad de transportar personal y equipo de combate, es un claro mensaje de que los aliados están unidos y listos para defenderse. Esta cooperación militar es fundamental para la seguridad de la región y para disuadir futuras incursiones de drones en el espacio aéreo.
Las declaraciones del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, han sido consistentes en su llamado a la comunidad internacional. Él afirma que el ejército ruso «sabe exactamente hacia dónde se dirigen sus drones» y considera que las incursiones son deliberadas. Por su parte, el presidente estadounidense Donald Trump, quien ha liderado los esfuerzos para poner fin a la guerra, ha expresado su disposición a imponer sanciones más duras a Rusia, pero solo si los países de la OTAN dejan de comprar petróleo ruso. Esta condición muestra la complejidad de la situación, ya que EE.UU. vincula la seguridad de la Alianza con las políticas energéticas de sus miembros. La incursión de drones ha puesto de manifiesto la urgencia de estas conversaciones y la necesidad de una estrategia unificada.
Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, el conflicto ha provocado un gran debate internacional. El reciente regreso del presidente ruso, Vladimir Putin, de una cumbre con Trump en Alaska ha intensificado los ataques contra Ucrania. La incursión de drones en Rumania es un recordatorio de que la guerra no se limita a un solo país, sino que tiene el potencial de desestabilizar a toda la región. La OTAN, al ser una alianza de defensa, debe actuar con cautela, pero también con firmeza, para evitar una escalada del conflicto y proteger a sus miembros.
