15 SEPTIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- Las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han reavivado la tensión entre Washington y Caracas. Al ser cuestionado sobre la posibilidad de que su país ejecute ataques en Venezuela, respondió con un ambiguo «veremos qué pasa», lo que para muchos expertos representa una señal preocupante. Según el mandatario, el país sudamericano estaría enviando pandilleros, narcotraficantes y drogas hacia territorio estadounidense, un argumento que ha sido rechazado por el gobierno de Nicolás Maduro.
Acusaciones cruzadas entre Washington y Caracas
Trump insistió en que «no nos gusta lo que Venezuela nos está mandando», en referencia a drogas y grupos criminales, reforzando así su postura de que el país caribeño representa un problema de seguridad para EE.UU. Estas palabras se producen en medio de un escenario militar tenso: ocho buques estadounidenses y un submarino fueron desplegados en el mar Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico. Para Caracas, sin embargo, se trata de un pretexto para preparar una intervención militar.
El episodio más reciente fue el derribo de una lancha que, según las autoridades estadounidenses, transportaba drogas y a once presuntos integrantes del grupo criminal Tren de Aragua. El gobierno venezolano negó categóricamente estas acusaciones y calificó el ataque como un acto de agresión. La situación ha escalado a un punto en el que cualquier movimiento podría desatar una crisis diplomática de mayor alcance.
Respuesta de Venezuela y medidas defensivas
Desde Caracas, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, denunció que EE.UU. realiza vuelos de inteligencia en territorio venezolano, con la intención de justificar lo que llamó un «plan de amenaza militar e intervención». Según el gobierno venezolano, el verdadero objetivo de Washington es desplazar a Maduro del poder y controlar los recursos estratégicos de la nación.
Como respuesta, Venezuela anunció la movilización de buques militares y el alistamiento de millones de milicianos, además de reforzar la presencia en cinco regiones costeras. Para las autoridades, esta acción busca garantizar la defensa nacional frente a un escenario que consideran inminente de provocación. Mientras tanto, la población observa con incertidumbre cómo el discurso bélico se instala en la agenda política.
Analistas internacionales señalan que más allá de las acusaciones de narcotráfico, existe un trasfondo geopolítico clave en la tensión entre Estados Unidos y Venezuela. El país sudamericano posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, un recurso que sigue siendo estratégico pese a los esfuerzos globales por transitar hacia energías renovables. Washington, afirman, busca mantener su influencia en el Caribe y América Latina, mientras que Caracas fortalece lazos con Rusia, China e Irán para contrarrestar la presión.
