
5 SEPTIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- La protesta pro-Palestina que se vivió este sábado en la Vuelta a España generó un fuerte impacto tanto deportivo como social. Alrededor de un centenar de manifestantes bloquearon la carretera en el puerto de Navacerrada, obligando a la organización a desviar la etapa y a la Guardia Civil a intervenir para desalojar la vía. La manifestación buscaba visibilizar el rechazo al genocidio en Gaza y protestar contra la participación del equipo Israel Premier Tech.
Un bloqueo que marcó la competencia
La interrupción ocurrió a unos 18 kilómetros de la meta, justo en un punto clave de la carrera. Los ciclistas que iban en la escapada lograron superar el corte, pero el resto del pelotón tuvo que avanzar con dificultad entre coches de equipo y por los laterales de la carretera. En ese momento, el español Mikel Landa lideraba la etapa, mientras sus perseguidores intentaban reorganizarse tras el caos generado por los manifestantes.
El desvío supuso la eliminación del paso por la localidad de Cercedilla y del esprint intermedio que estaba previsto en ese punto. La modificación del recorrido cambió las estrategias de los equipos, lo que provocó inconformidad en algunos corredores y entrenadores, quienes consideraron que la situación alteró el desarrollo normal de la competencia.

Seguridad y crítica social
Las protestas pro-Palestina no han sido un hecho aislado en la Vuelta a España. Durante los últimos días, distintos colectivos sociales han desplegado pancartas y banderas con el objetivo de llamar la atención internacional sobre la crisis en Gaza. Sin embargo, este bloqueo ha sido el más fuerte hasta ahora, generando preocupación tanto en la organización como en varios equipos ciclistas.
Expertos en seguridad deportiva han señalado que este tipo de acciones, aunque legítimas en su objetivo de dar voz a causas sociales, representan un gran riesgo para los corredores y la caravana de apoyo. Una acción inesperada en plena carretera puede ocasionar accidentes graves, por lo que algunos analistas proponen crear corredores seguros y reforzar la coordinación entre organizadores y fuerzas de seguridad.
La Vuelta a España, una de las tres grandes competencias del ciclismo mundial, no solo enfrenta retos deportivos, sino también sociales y políticos que trascienden el ámbito del deporte. Este incidente abre un debate sobre los límites de la protesta y la necesidad de garantizar tanto la seguridad de los participantes como el respeto a la libertad de expresión.
