
La legendaria banda británica Oasis hizo vibrar al Estadio GNP Seguros en su regreso triunfal con la gira Live 25, después de 15 años de separación entre los hermanos Liam y Noel Gallagher. La cita fue para 65 mil fanáticos de diferentes generaciones, quienes no escatimaron para presenciar uno de los conciertos más esperados del año. Desde el primer acorde, se respiraba la euforia que han cultivado como referentes del britpop y la música alternativa.
El show arrancó puntualmente a las 21:00 horas con “Fuckin’ in the Bushes”, tema que no solo prendió los ánimos, sino que activó un medidor de decibeles gigante que marcó historia. La producción visual fue tan imponente como la musical: drones iluminando el cielo, juegos de luces en cada rincón del estadio, y enormes pantallas que proyectaban frases emblemáticas sobre la separación de los Gallagher. Un montaje perfecto para momentos memorables.
Antes de Oasis, se presentó Cage the Elephant, quienes calentaron el ambiente desde las 19:30. Al caer la noche, el escenario —y más tarde el escenario emocional— lo dominaron Liam en el micrófono, Noel en guitarra, y los miembros de la banda desplegando una química intacta. El repertorio incluyó clásicos como “Wonderwall”, “Roll With It” y “Stand by Me”, himnos coreados por todos los asistentes con pasión evidente.
Entre las sorpresas de la velada, Liam dialogó con el público en varias ocasiones: coreó “¡México, México!”, regaló el micrófono al público y mostró su característico temperamento introspectivo. Noel, por su parte, agradeció en español, visiblemente conmovido por la conexión con sus seguidores latinos. Fue una mezcla de nostalgia, gratitud, y una celebración de lo que siempre ha sido Oasis: más que una banda, un fenómeno cultural.
El regreso no se sintió improvisado; fue cuidado hasta el más mínimo detalle. La gira Live 25 comenzó el 4 de julio en Cardiff, y cada show cobra sentido como parte de este renacer musical. En México, Oasis realizó actividades previas como el show de drones sobre Chapultepec y su paseo por Teotihuacán, gestos que visiblemente elevaron la emoción de los fans en cada punto de contacto con la banda antes del concierto.
Al caer el telón, queda claro que Oasis sigue siendo un monumento viviente de la música. Este concierto no solo ratificó su legado, sino que marcó un momento de unidad entre distintas generaciones que crecieron con sus discos. México les devolvió el cariño en décibeles, en coros, en llanto y en alegría. La gira Live 25 no solo es una vuelta al escenario: es una reafirmación de por qué Oasis se inscribe ya en la inmortalidad musical.