14 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Una joven ha utilizado la plataforma de TikTok para denunciar a la esteticista de celebridades, Sonya Dakar, por haberle causado un daño permanente en el rostro. Victoria Nelson, la denunciante, relata que un tratamiento para el acné se convirtió en una pesadilla, dejándola con quemaduras y marcas que, según ella, la han «desfigurado de manera permanente». La joven asegura haber gastado decenas de miles de dólares en tratamientos posteriores con el objetivo de revertir los daños causados por la esteticista, quien atendió a figuras como Cameron Diaz y Drew Barrymore.
La relación entre Victoria Nelson y Sonya Dakar comenzó en 2019, cuando Nelson buscaba una solución para el acné. La confianza entre ellas creció hasta el punto de que Nelson la veía como una figura materna. Sin embargo, en abril de 2021, la esteticista le sugirió una exfoliación química que, según ella, no causaba irritación. Al aplicarla, Nelson sintió un ardor y picazón intensos, y al revisarse en la cámara de su teléfono, se percató de que lo que pensaba que era una crema blanca era, en realidad, su piel quemada. La denuncia contra Sonya Dakar por parte de su clienta ha generado una gran conmoción en las redes sociales.

Tratamientos fallidos y una denuncia contra Sonya Dakar
Tras la quemadura, Sonya Dakar le aseguró a Nelson que ella misma podría solucionar el problema en un mes, pero la situación no hizo más que empeorar. La joven se sometió a 18 sesiones en 2021 y otras 12 en 2022, incluyendo procedimientos agresivos con microagujas, pero los resultados nunca fueron los esperados. Ante la falta de avances, Victoria decidió buscar la ayuda de un dermatólogo, quien le recomendó un procedimiento con láser que le costó miles de dólares. La denuncia contra Sonya Dakar se hizo pública después de que la clienta, sintiéndose «desfigurada», decidió compartir su historia en internet.
Victoria Nelson afirma que, a lo largo de los años, gastó unos 60,000 dólares en tratamientos con la esteticista y otros 30,000 dólares para intentar borrar las marcas con otros profesionales. Varios expertos le han comentado que es probable que la esteticista haya utilizado un producto para el que no tenía licencia y que incluso el procedimiento con microagujas podría no haber estado dentro de sus competencias. Este caso resalta la importancia de la regulación en la industria de la estética y los riesgos que los clientes pueden enfrentar al confiar en profesionales sin la debida capacitación.
La joven relata en su video el profundo impacto emocional que esta experiencia ha tenido en su vida. «Le confié mi rostro, mi piel, honestamente, muchos de mis sentimientos más íntimos, y sentir que esta persona no me estaba cuidando de la manera en que esperaba es realmente decepcionante», lamenta. Su historia ha resonado con muchos usuarios que han compartido experiencias similares, lo que ha puesto de manifiesto la necesidad de una mayor transparencia y rendición de cuentas en el sector de la belleza.

La denuncia contra Sonya Dakar y la viralización de la historia de Victoria Nelson ha generado un debate sobre la ética y la seguridad en los tratamientos estéticos. Mientras la esteticista no ha hecho ninguna declaración pública, la historia de Nelson sirve como una advertencia a todos aquellos que buscan tratamientos de belleza: es vital investigar a fondo a los profesionales, verificar sus credenciales y, en caso de cualquier incidente, buscar la ayuda de expertos para evitar daños mayores.
Regulaciones y la importancia de la certificación profesional en EE.UU.
En Estados Unidos, las regulaciones para los profesionales de la estética varían significativamente según el estado. En California, donde operaba Sonya Dakar, las esteticistas deben obtener una licencia, pero su alcance de práctica es limitado y no incluye procedimientos invasivos como la microaguja, que a menudo se reservan para dermatólogos o médicos con licencia. El uso de productos químicos de alta concentración también está fuertemente regulado. Este caso subraya la brecha entre la popularidad de un esteticista, especialmente uno que atiende a celebridades, y sus calificaciones y límites legales. La historia de Victoria Nelson es un recordatorio de que los consumidores deben ser proactivos, investigar las credenciales y el tipo de licencia de los profesionales, y no basar su decisión únicamente en la fama o el estatus de celebridad de estos.