
Jacky Bracamontes ha vuelto a su tierra natal con una mezcla de nostalgia y alegría. La actriz y conductora arribó sola a Guadalajara, ciudad que la vio crecer, aprovechando un viaje de trabajo para reconectarse con su familia. Aunque su esposo, Martín Fuentes, se quedó cuidando de sus cinco hijas en Miami, Jacky encontró en la reunión familiar el calor de siempre.
En su primera parada tras el compromiso laboral, Jacky se deleitó con una cena en compañía de sus padres. Estuvieron presentes también sus hermanos, Jesús y Ali, junto con sus parejas, en ese restaurante especial de la infancia que guarda tantas memorias. Fue un momento emotivo; Jacky confesó cuánto se extrañó la presencia de Martín en esa velada que, sin embargo, llenó el vacío con risas, anécdotas y las voces de su hogar.
Orgullosa de sus raíces
No es la primera vez que Jacky comparte públicamente lo que significa para ella Guadalajara: su familia extensa, sus tíos, primos y la vida sencilla de antaño ocupan un lugar especial en sus pensamientos. En una entrevista reciente, reveló que lo que más extraña no es solo la ciudad, sino la unión familiar que vive desde niña, esa que ahora valora aún más tras los años viviendo fuera.
Aunque ha pasado más de dos décadas desde que dejó la ciudad, Jacky conserva tradiciones por cumplir: “Un año sí, uno no voy a Guadalajara en Navidad”, dijo, refiriéndose a un compromiso familiar que hizo con su esposo. Aun así, su sentido de pertenencia se refleja en cada visita, que aprovecha para reconectar con recuerdos, con sabores típicos —como el camote del cerro—, y con esa identidad compartida que forma parte de su esencia.
Año tras año, una visita significativa
Este reencuentro tiene un plus: Jacky retomó su faceta como escritora, una actividad que comparte públicamente y que crece junto a su carrera como conductora. Su visita no fue solo recreativa, sino que se entrelazó con compromisos profesionales que le han permitido pisar suelo jalisciense con frecuencia. Esa doble dimensión —lo laboral y lo familiar— le ha dado a sus estancias un significado mayor.
Como valor agregado a lo ya conocido, es importante destacar el impacto emocional que tiene para los hijos de Jacky vivir la experiencia de sus raíces aunque sea a distancia. Aunque residen en Miami desde 2020, estas visitas familiares contribuyen a construir la identidad de la siguiente generación. Ver a su madre retomar costumbres, saborear platillos de Guadalajara y escuchar historias familiares tiene un valor formativo: fortalece la pertenencia cultural, algo que no siempre se menciona pero que resulta esencial.