12 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El FBI y el Departamento de Seguridad de Utah han difundido un video crucial que podría ser clave para la captura del sospechoso del asesinato del activista conservador Charlie Kirk. Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran a una figura vestida de negro, a quien las autoridades consideran una «persona de interés», corriendo por el techo del edificio desde donde se cree que se efectuó el disparo. Kirk, de 31 años, fue asesinado el miércoles durante un evento en la Universidad del Valle de Utah, un suceso que ha sido calificado como un «momento oscuro para Estados Unidos» por el presidente Donald Trump. La recompensa por información que lleve a su identificación y arresto ha sido elevada a 100,000 dólares.
La intensa búsqueda del autor del crimen ha generado una movilización sin precedentes en la zona. Las autoridades han recibido más de 7,000 pistas y han llevado a cabo más de 200 entrevistas. El comisionado de Seguridad Pública de Utah, Beau Mason, detalló que la investigación ha logrado reconstruir los movimientos del sospechoso: llegó al campus media hora antes del ataque, subió al techo del edificio y huyó tras el disparo. El arma utilizada, un rifle de cerrojo de alta potencia, fue encontrada en una zona boscosa cercana, y los investigadores también están analizando huellas de calzado, una huella de mano y una de antebrazo encontradas en la escena. Todo esto forma parte de la exhaustiva búsqueda de Charlie Kirk.
Las huellas detrás del crimen y el doloroso recuerdo del ataque
La difusión del video y las imágenes de la persona de interés han avivado la esperanza de que la captura del responsable esté cerca. El sospechoso fue visto con gafas de sol, zapatillas Converse y una camiseta negra con un águila y la bandera de Estados Unidos. Estos detalles, sumados a las huellas encontradas, son las principales pistas en la búsqueda del sospechoso. Mientras tanto, el campus de la Universidad del Valle de Utah ha permanecido cerrado, y los estudiantes han regresado para recuperar sus pertenencias, visiblemente afectados por lo sucedido. El ambiente de «inquietud» y «miedo» se ha apoderado de la comunidad universitaria, que rinde homenaje a Kirk con ramos de flores en el lugar del ataque.
Los testigos del ataque han compartido su horror y dolor en las redes y medios de comunicación. Un video grabado por la BBC muestra el instante en que Kirk, en medio de su debate, responde a una pregunta sobre la violencia armada justo antes de que se escuche el disparo. Una reportera que presenció el ataque describió el momento con cruda honestidad: «Nunca me sacaré esa imagen de la cabeza», afirmó, recordando cómo un chorro de sangre brotó del cuello de Kirk y su cuerpo quedó inerte. Su testimonio también resalta la falta de medidas de seguridad en el evento, señalando que «nadie escaneó nuestras mochilas», un detalle que ha generado una fuerte polémica y ha puesto en el punto de mira las medidas de seguridad en eventos públicos.
A pesar de que el evento atrajo a 3,000 personas y contó con seis agentes de policía y seguridad privada, la falta de controles más estrictos ha sido criticada. La tragedia subraya un problema recurrente en los eventos públicos en Estados Unidos, donde la amenaza de la violencia armada es una constante. La situación es particularmente tensa en el clima político actual, donde el discurso se ha vuelto cada vez más polarizado. Mientras las autoridades continúan con la búsqueda de Charlie Kirk, el crimen ha dejado una cicatriz en el campus y ha intensificado el debate sobre la seguridad y el riesgo que enfrentan las figuras públicas en el país.
El asesinato del activista no es solo un crimen, sino un símbolo de la fragilidad del debate político en un entorno cada vez más hostil. La reacción del presidente Trump, que ha calificado la muerte de Kirk como un ataque a la democracia, y el cierre de la universidad son un reflejo de la seriedad del evento. Mientras el FBI pide la colaboración ciudadana para la búsqueda del sospechoso, la comunidad estadounidense se enfrenta a un momento de profunda reflexión sobre los límites del discurso y la necesidad de proteger a quienes participan en el debate público, sin importar su ideología.
El impacto de la polarización política en la percepción de la seguridad
