11 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. La agencia espacial estadounidense NASA ha tomado medidas drásticas que han generado controversia y han intensificado la rivalidad tecnológica y espacial entre Estados Unidos y China. La agencia bloqueó de manera repentina el acceso a sus instalaciones a ciudadanos chinos que contaban con visas válidas, lo que les impide continuar su labor en uno de los centros de investigación más prestigiosos del mundo. Esta decisión afecta directamente a contratistas y estudiantes que contribuían a importantes proyectos de investigación, marcando un nuevo capítulo en la creciente tensión entre ambas potencias. La medida se implementó el 5 de septiembre, dejando a los afectados sin acceso a sistemas, datos e instalaciones.

La NASA ha justificado sus acciones, confirmando la restricción de uso de «instalaciones, materiales y redes» para los ciudadanos chinos, con el fin de «garantizar la seguridad de nuestro trabajo». Este movimiento se suma a otras medidas de seguridad nacional adoptadas por Washington, como la exclusión de astronautas chinos de la Estación Espacial Internacional (EEI). La desconfianza ha ido en aumento, dificultando la colaboración científica y el acceso de estudiantes chinos de ciencia y tecnología a visas o, incluso, su ingreso a Estados Unidos, una vez que las han obtenido.
Creciente tensión y la nueva carrera espacial
Esta restricción repentina agrava la disminución de la colaboración científica y se enmarca en un contexto de intensa competencia tecnológica. La aceleración del programa espacial chino ha encendido las alarmas en Estados Unidos, que teme perder su liderazgo. Los incidentes de presunto espionaje por parte de ciudadanos chinos en Estados Unidos han aumentado el escrutinio sobre científicos y estudiantes, aunque la NASA no ha especificado cuántas personas se vieron afectadas ni la antelación con la que se les informó. Los afectados descubrieron la restricción de acceso de manera abrupta, siendo negados a sistemas de datos y a la participación en reuniones laborales.

La nueva carrera espacial se ha convertido en un punto de fricción central, con ambas naciones compitiendo por ser las primeras en regresar a la Luna. El administrador interino de la NASA, Sean Duffy, ha sido enfático al respecto: «Los chinos quieren volver a la Luna antes que nosotros. Eso no va a suceder». Por su parte, el director de la Agencia Espacial Tripulada de China ha calificado las preocupaciones estadounidenses como «innecesarias», afirmando que la exploración espacial es una «misión colectiva para la humanidad». Este choque de visiones demuestra la polarización que existe en el ámbito de la exploración espacial.
El debate se ha trasladado al Senado de Estados Unidos, donde los legisladores han subrayado la urgencia de que los astronautas estadounidenses pisen la Luna antes que los chinos. El senador republicano Ted Cruz ha advertido sobre los graves riesgos que representaría para Estados Unidos si sus «adversarios logran capacidades espaciales dominantes». La competencia no se limita solo al prestigio de ser los primeros en llegar, sino también al control de los valiosos recursos lunares. La Luna posee minerales como tierras raras, metales como el hierro y el titanio, y helio, que son vitales para una amplia gama de productos tecnológicos.
