11 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. “Lo que quiero es que mis hijos sigan con vida, lo más básico”, relata con angustia el médico palestino boliviano Refaat Alathamna desde la Franja de Gaza. Desde hace meses, él y su esposa, Noha, luchan por proteger a sus cinco hijos de los bombardeos constantes, la falta de comida y agua, y la destrucción generalizada que ha convertido su hogar en una zona de guerra. Su historia, compartida a través de sus redes sociales, se ha convertido en un testimonio desgarrador de la crisis humanitaria que se vive en el territorio.
La familia del doctor Refaat Alathamna ha sido desplazada en diez ocasiones desde que comenzaron los ataques israelíes hace casi dos años. Han huido de los bombardeos con sus hijos, Meera, de 12 años; Elin, de 11; Ameer, de 9; Silin, de 7; y Ayham, de 4. Como padre, su principal tarea es luchar a diario para conseguir los alimentos y el agua más básicos para su familia, en una región donde la hambruna ha sido declarada oficialmente por las Naciones Unidas y donde los precios del mercado negro han vuelto el acceso a bienes esenciales casi imposible.

La situación de la familia Refaat Alathamna se enmarca en un contexto de devastación generalizada. Desde el 7 de octubre de 2023, los ataques israelíes han cobrado la vida de más de 63,000 personas, incluyendo a 18,000 niños. Expertos y organizaciones como la ONU y Amnistía Internacional han acusado a Israel de cometer genocidio, una acusación que el gobierno israelí niega. La infraestructura de Gaza, incluyendo hospitales, escuelas y sistemas de transporte, ha sido prácticamente borrada del mapa.
La pesadilla de vivir en Gaza
Vivir en Gaza, en palabras de Refaat Alathamna, significa un estado de alerta constante y de miedo. Sus hijos, que han perdido sus escuelas, sus amigos y sus pertenencias, gritan y se refugian en él cada vez que un bombardeo ocurre cerca. “Estoy luchando por sacarlos de aquí, para terminar esta pesadilla”, afirma el médico, quien ha tenido que dejar su trabajo en el Hospital Europeo y en el Hospital Nasser por la peligrosidad de los trayectos. La vida en Gaza ya no es normal; es una lucha diaria por sobrevivir en medio de la inseguridad y la escasez extrema.

El médico relata que incluso tareas tan simples como conseguir agua o madera para cocinar se han vuelto hazañas extenuantes. Los pocos suministros de ayuda humanitaria que entran a la Franja de Gaza son insuficientes y a menudo son saqueados, lo que hace que los alimentos sean escasos y caros. Las frutas, el pollo y la leche han desaparecido de las tiendas, y alimentos básicos como el arroz y el azúcar se venden a precios exorbitantes que la mayoría de la población no puede pagar, lo que subraya la desesperada situación de Refaat Alathamna y los demás civiles atrapados.
Gestiones diplomáticas en medio del conflicto
A pesar de su angustia, el médico palestino boliviano ha estado en contacto con el gobierno de Bolivia desde hace más de un año y medio. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia ha estado realizando gestiones para su salida y la de su familia. En noviembre de 2023, se emitieron salvoconductos y se enviaron a la Cancillería de Egipto. Sin embargo, la salida de personas de Gaza depende de la autorización del gobierno de Israel, a través de la instancia llamada COGAT, una de las principales barreras que impiden la salida. Bolivia ha dirigido solicitudes formales a esta instancia y ha explorado alternativas con otros países y organizaciones de la ONU.
