
10 SEPTIEMBRE 2025-INTERNACIONAL-Las inundaciones y deslizamientos provocados por lluvias torrenciales desde el lunes han dejado un saldo trágico en Indonesia, especialmente en las provincias de Bali y Nusa Tenggara Oriental. Los ríos se desbordaron, arrastrando barro, árboles y rocas hacia barrios enteros y provocando daños graves en zonas residenciales y turísticas. Las autoridades locales reportaron que al menos 112 barrios resultaron afectados, con calles y viviendas totalmente cubiertas de agua y lodo.
Rescate y recuperación de víctimas
La Agencia de Desastres de Bali confirmó la recuperación de ocho cuerpos hasta el momento, incluyendo cuatro víctimas atrapadas en un edificio que se derrumbó en el mercado Kumbasari, ubicado en South Denpasar. Equipos de emergencia continúan trabajando intensamente, mientras los soldados ayudan a rescatar a familias que permanecen atrapadas en los tejados de sus hogares. El acceso a electricidad, agua potable y transporte ha quedado interrumpido en muchas áreas, complicando aún más las labores de rescate.
Las imágenes que circulan en redes sociales muestran coches flotando en aguas fangosas y caminos convertidos en ríos caudalosos. Testigos relataron escenas de desesperación, con vecinos trasladando a niños y ancianos a zonas más seguras mientras el lodo avanzaba sin control. La magnitud de los desastres naturales ha dejado a muchas familias sin refugio, incrementando la necesidad urgente de ayuda humanitaria.

Impacto en infraestructura y turismo
Además del daño humano, las inundaciones han causado estragos en la infraestructura de las provincias afectadas. Puentes, carreteras y sistemas de drenaje sufrieron colapsos parciales o totales, complicando la movilidad y el acceso a zonas críticas. Los sitios turísticos, fundamentales para la economía local, también resultaron dañados, lo que podría generar pérdidas económicas significativas si no se implementan medidas de recuperación inmediata.
Las lluvias intensas podrían continuar en las próximas semanas, aumentando el riesgo de nuevos desbordamientos y deslizamientos. Las autoridades recomiendan a los ciudadanos mantenerse alejados de ríos, laderas y zonas bajas, y preparar planes de evacuación mientras los equipos de emergencia fortalecen su presencia en las áreas más vulnerables.
Organizaciones internacionales ya han comenzado a movilizar recursos y asistencia humanitaria para apoyar a las víctimas y reforzar la infraestructura dañada. El despliegue incluye envío de alimentos, agua potable, medicinas y equipos de rescate especializados. Este tipo de colaboración resulta crucial para reducir el número de víctimas y acelerar la recuperación de las comunidades afectadas.
Finalmente, expertos en gestión de desastres destacan que el cambio climático está intensificando fenómenos naturales como las lluvias extremas en Indonesia. El país, ubicado en el Anillo de Fuego del Pacífico, enfrenta cada año riesgos similares, por lo que se hace cada vez más urgente implementar planes de prevención y construcción resiliente que reduzcan el impacto de futuros desastres naturales.
