
8 SEPTIEMBRE 2025- INTERNACIONAL- En el 203° aniversario de su independencia, Brasil ha sido escenario de un profundo conflicto social. Decenas de miles de personas salieron a las calles en un día festivo para manifestarse a favor y en contra del expresidente Jair Bolsonaro. La principal movilización de apoyo a Bolsonaro tuvo lugar en Copacabana, Río de Janeiro, y fue convocada por organizaciones religiosas y un influyente pastor evangélico. En la manifestación, los partidarios de Bolsonaro exigieron una amnistía para todos los acusados por el asalto a los edificios gubernamentales en Brasilia en enero de 2023, en un intento de anular la victoria de Lula da Silva en las elecciones.
El conflicto político en las calles de Brasil también se dirigió al juez del Tribunal Supremo (STF), Alexandre de Moraes, quien preside el juicio de Bolsonaro. El expresidente, que se enfrenta a un juicio por un presunto intento de golpe de Estado, ha incitado el odio contra el juez, al que acusa de persecución política. La movilización de ambos bandos ha evidenciado la profunda división política que se vive en el país, en la que la polarización entre izquierda y derecha es cada vez más pronunciada.
La manifestación de apoyo a Bolsonaro en Copacabana es la primera desde que el expresidente declaró ante la Policía Federal y se le incautó el pasaporte el pasado 20 de agosto. El mitin también mostró un gran apoyo a Donald Trump, aliado de Bolsonaro. La presencia de banderas y carteles de apoyo a Trump en la marcha brasileña resalta la conexión entre las derechas radicales en diferentes partes del mundo, en donde las tácticas para socavar la democracia son similares.

La polarización y el riesgo de un enfrentamiento
Las manifestaciones de apoyo a Lula da Silva también tuvieron lugar el Día de la Independencia en ciudades como Río de Janeiro, São Paulo y Brasilia. La Policía, consciente de la tensión política, tomó medidas para evitar un posible enfrentamiento entre los dos bandos, asegurándose de que las manifestaciones se llevaran a cabo en zonas distintas y separadas por varios kilómetros. Esta prevención de disturbios es un signo de la tensión que se vive en el país, en el que la división social y política podría llevar a un enfrentamiento civil.
Con el juicio de Bolsonaro en curso, Brasil está viviendo uno de los momentos más calientes de su historia reciente. El país, que se ha recuperado de una dictadura militar, se enfrenta ahora a la amenaza de un nuevo conflicto político que podría socavar los pilares de la democracia. La defensa de la democracia y el estado de derecho es un tema crucial en la vida de los brasileños, y el juicio de Bolsonaro es un momento clave para que el país demuestre su compromiso con la justicia y el respeto a las instituciones.
El conflicto social que se vive en las calles de Brasil es un reflejo de la batalla legal que se libra en los tribunales. El juicio de Bolsonaro por intento de golpe de Estado es una oportunidad para que la democracia brasileña demuestre su fuerza y su independencia. Si Bolsonaro es encontrado culpable, la sentencia sentará un precedente para que los futuros líderes políticos respeten las instituciones y no intenten subvertir el orden constitucional. Este tipo de batalla legal es la mejor forma de resolver un conflicto político, y si se maneja de forma adecuada, podría ser una forma de sanar las heridas de un país profundamente dividido.
