
4 SEPTIEMBRE 2025- INTERNACIONAL- El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, ha anunciado una ayuda de casi 20 millones de dólares para Ecuador, con el fin de reforzar la seguridad en el país sudamericano. Esta cooperación internacional, que se presenta como un respaldo contundente del gobierno de Estados Unidos, busca ser un factor determinante en la lucha contra el crimen organizado que azota a la nación. Rubio, en una rueda de prensa en Quito, aseguró que esta administración «está haciendo frente a este problema como nunca antes se había hecho», marcando un compromiso que va más allá de la retórica política.
Como parte de este apoyo, Estados Unidos ha designado a dos de las bandas criminales más peligrosas de Ecuador, Los Choneros y Los Lobos, como organizaciones terroristas extranjeras. Esta designación no es solo un gesto simbólico; tiene implicaciones legales y financieras significativas, ya que permite a Estados Unidos imponer sanciones, congelar activos y dificultar el financiamiento de estas redes criminales en el extranjero. Esta medida demuestra que la lucha contra el crimen organizado no se limita a un territorio, sino que es un esfuerzo global que requiere una acción coordinada entre naciones.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, recibió con agrado la ayuda y la designación de las bandas como terroristas. En su encuentro con Rubio, Noboa agradeció en inglés «su esfuerzo y también su interés en nuestro país y en todo lo que estamos haciendo aquí para eliminar cualquier amenaza terrorista». El mandatario ecuatoriano destacó que los esfuerzos conjuntos ayudarán a avanzar «en la protección de Estados Unidos y nuestro estilo de vida», reconociendo así la naturaleza interconectada de la seguridad regional y global. La colaboración entre ambos países busca un objetivo común.

La respuesta de un gobierno y la amenaza de las bandas
El anuncio de Estados Unidos llega en un momento de profunda crisis para Ecuador, que se ha posicionado como el país más violento de América Latina. La militarización del país ordenada por el presidente Noboa, así como las denuncias de violaciones a los derechos humanos, son una muestra de la desesperación del gobierno por controlar la situación. Sin embargo, la respuesta del gobierno ha sido criticada por la oposición, que argumenta que las medidas de mano dura no abordan las causas estructurales del problema, como la pobreza y la falta de oportunidades.
La designación de Los Choneros y Los Lobos como organizaciones terroristas es un hito importante, pero no soluciona el problema de raíz. Ambas bandas han extendido su poder en todo el país, penetrando en instituciones gubernamentales y en la economía. El caso de Los Choneros, por ejemplo, ha sido relacionado con la infiltración en la policía y en el sistema judicial, lo que ha permitido a sus líderes operar con impunidad. La lucha contra estas bandas no solo es un problema de seguridad, sino también de corrupción y de impunidad en las esferas del poder.