4 DE SEPTIEMBRE DEL 2025- INTERNACIONAL. En las últimas semanas, un fenómeno inusual ha captado la atención en el Reino Unido: un aumento significativo en la exhibición de la bandera de Inglaterra, la Cruz de San Jorge, en ciudades y pueblos de todo el país. Aunque algunos grupos afirman que la motivación detrás de este acto es el simple patriotismo y orgullo nacional, críticos y expertos señalan que el uso de la bandera inglesa ha adquirido un significado controvertido, convirtiéndose en un símbolo contra la inmigración en un momento de alta tensión social. La controversia ha generado debates y ha puesto de manifiesto divisiones profundas en la sociedad británica.
La Cruz de San Jorge, una cruz roja sobre fondo blanco, junto con la Union Jack, que representa a todo el Reino Unido, han aparecido en farolas, puentes y jardines. Este movimiento, que comenzó en los suburbios de Birmingham por un grupo autodenominado «Weoley Warriors», fue inicialmente recibido con entusiasmo en las redes sociales. Los responsables se identificaron como «ingleses orgullosos» que buscan mostrar su historia y sus libertades. Sin embargo, el contexto en el que se produce esta exhibición de la bandera de Inglaterra ha generado suspicacias y malestar entre muchos residentes.

Un símbolo que genera controversia
La aparición de estas banderas coincide con un periodo de intensas protestas relacionadas con la inmigración y los solicitantes de asilo. Durante el último mes, se han producido manifestaciones de ambos lados del debate sobre el uso de hoteles para albergar a los solicitantes de asilo, lo que ha exacerbado las tensiones. Este telón de fondo político y social ha provocado que muchos vean el uso de la bandera inglesa como una provocación y un emblema de movimientos de extrema derecha, que han utilizado estos símbolos en el pasado.
La controversia se ha intensificado con incidentes como el de un centro musulmán en Liverpool que encontró una Union Jack atada a sus barandillas. En lugar de retirarla, el centro decidió izarla para reafirmar su lealtad al país. Para Ibrahim Syed, del Centro Wirral Deen, la intención original de quienes colocaron la bandera era «ofender». Este tipo de eventos subraya cómo la simbología nacional, que debería ser un punto de unidad, se está utilizando para generar división y miedo en algunas comunidades, haciendo que ciertos grupos se sientan menos seguros.

De la celebración al conflicto
El origen de esta oleada de banderas se remonta a julio, cuando la Cruz de San Jorge fue utilizada masivamente para apoyar a la selección nacional femenina de fútbol, las Leonas, durante la Eurocopa, que terminaron ganando. En ese momento, las banderas adornaban las calles como un símbolo de éxito deportivo y orgullo nacional. Sin embargo, semanas después, el significado cambió drásticamente. Lo que antes era una celebración deportiva, se transformó en un símbolo de un discurso político, lo que, según expertos como el vexilólogo Malcom Farrow, se debe a que el Reino Unido no tiene una tradición de exhibición de banderas, lo que permite que grupos extremistas se apropien de estos símbolos.
La escalada de la situación ha llevado incluso a la pintura de la Cruz de San Jorge en rotondas y otras infraestructuras, actos calificados por residentes como «vandalismo puro y descarado» y «xenofobia». Si bien las autoridades locales han manifestado que apoyan el derecho a ondear las banderas, han tenido que intervenir para retirar las que representan un riesgo para la seguridad. Este fenómeno demuestra cómo un símbolo nacional puede ser cooptado y reinterpretado en función del contexto social y político, pasando de representar el orgullo deportivo a un discurso de exclusión.

El origen histórico y social de la identidad nacional
La Cruz de San Jorge ha sido un emblema de Inglaterra desde el siglo XIII, cuando fue adoptada por los cruzados. A lo largo de los siglos, ha representado la identidad nacional en conflictos y eventos históricos. Sin embargo, su uso actual resalta un fenómeno moderno y global: la instrumentalización de símbolos nacionales. En un mundo cada vez más conectado y con flujos migratorios crecientes, la identidad nacional se ha convertido en un campo de batalla político. El debate sobre el uso de la bandera inglesa refleja una profunda crisis de identidad, donde el concepto de «ser inglés» o «ser británico» está en constante redefinición. La aparición de estas banderas no solo se trata de un acto de patriotismo, sino también de una reacción ante el cambio demográfico y cultural, mostrando una tensión subyacente entre una visión tradicional de la nación y una sociedad multicultural en evolución.