Una confrontación interna ha estallado en el corazón de la Cuarta Transformación, luego de que el senador Gerardo Fernández Noroña se lanzara enérgicamente contra sus propios compañeros de partido, Sergio Gutiérrez Luna y Ricardo Monreal. El polémico legislador, en una serie de mensajes en redes sociales y transmisiones en vivo, calificó a los líderes de “débiles” y los acusó de ceder ante las provocaciones del PRI durante la sesión inaugural del nuevo periodo legislativo. La principal causa de la disputa fue la intervención de Alejandro «Alito» Moreno, líder nacional del tricolor, a quien se le permitió hablar en la tribuna sin que le retiraran el uso de la palabra.
Fernández Noroña señaló directamente a Gutiérrez Luna, quien presidía la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, por no cederle la palabra, a pesar de que el reglamento lo permitía. Mientras él se quejaba de este veto, Gutiérrez Luna permitió que Alejandro Moreno y el coordinador del PRI en San Lázaro, Rubén Moreira, continuaran con sus discursos, a pesar de que lanzaron fuertes acusaciones contra el bloque oficialista. Este incidente ha desatado una crisis en Morena, mostrando una fractura visible en el partido.
Tensión en el bloque oficialista
La confrontación interna en Morena se intensificó con las declaraciones de Noroña. El senador acusó a Monreal de haber hecho «acuerdos extraños» con el PRI, permitiendo que la oposición «reventara» la sesión. Además, calificó la actitud de Gutiérrez Luna y Monreal como un «grave precedente» y una «pésima manera de conducir la asamblea». El legislador insistió en que su partido, cuando era oposición, «nunca hizo algo así», y lamentó que sus compañeros mostraran «muestras de debilidad» ante las provocaciones de la oposición.
En su arrebato, el legislador cuestionó la conducción de la Mesa Directiva, preguntando si existe algún reglamento que impida a un legislador, que no sea coordinador, pedir la palabra en una sesión solemne. Acusó que el comportamiento de sus compañeros solo «premia a los reventadores» y «permite la provocación». El hecho de que la tensión en el bloque oficialista se hiciera pública a través de redes sociales, revela la falta de comunicación y la profundidad de las diferencias entre los líderes de la 4T.
Las acusaciones de Alejandro Moreno desde la tribuna, en las que llamó a los legisladores oficialistas «narcopolíticos» y «corruptos», sirvieron como el catalizador de la confrontación interna. La negativa a quitarle el micrófono al líder del PRI, a pesar de los gritos e interrupciones del bloque oficialista, fue percibida por Noroña como una falta de carácter y una claudicación ante la oposición.
