Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes más emblemáticos del narcotráfico mexicano, se declaró culpable de dos cargos por crimen organizado ante la Corte de Distrito para el Este de Nueva York. Con este acuerdo, busca evitar el juicio completo, obtener beneficios procesales y abrir la posibilidad de convertirse en testigo protegido en Estados Unidos. Como parte del pacto, se comprometió a pagar 15 mil millones de dólares, un monto histórico en la lucha contra el narcotráfico transnacional.
Admisión de liderazgo y delitos
Durante la audiencia, que duró casi dos horas, Zambada García admitió haber liderado el Cártel de Sinaloa entre 1989 y 2024. Reconoció que inició su carrera criminal en 1969 cultivando marihuana, y que posteriormente traficó al menos 1.5 millones de kilos de cocaína hacia Estados Unidos. Además, aceptó haber mantenido a su servicio a un gran número de hombres armados y haber sobornado a policías, mandos militares y políticos para garantizar el paso seguro de sus drogas.
El narcotraficante mexicano explicó que su organización expandió sus operaciones a nivel internacional, con contactos en Centro y Sudamérica, México y Estados Unidos. Esto le permitió consolidar rutas seguras y asegurar la llegada de drogas a distintas ciudades de EE. UU. Además, su esquema incluía campañas de violencia, asesinatos por venganza y lavado de dinero a través de empresas fachada, evidenciando el alcance y sofisticación del Cártel de Sinaloa.
Impacto y cooperación judicial
El arresto de Zambada, facilitado por su propia familia criminal y una cooperación estratégica con agencias estadounidenses, representa un hito en la lucha contra el narcotráfico. Su caso se conecta con juicios de alto perfil, como los de Joaquín “El Chapo” Guzmán y Genaro García Luna, demostrando la red de corrupción que involucraba a autoridades en México y Estados Unidos. El juez Brian Cogan estableció que Zambada regrese a la corte en enero de 2026 para su sentencia, enfrentando potencialmente cadena perpetua.
Trayectoria y consolidación del Cártel de Sinaloa
Desde sus primeros pasos junto a Antonio Cruz Vázquez, conocido como El Niko, Zambada aprendió la logística del tráfico de drogas, manejo del dinero ilícito y la importancia de mantener la aceptación de la población local. Su asociación con Joaquín Guzmán Loera derivó en la fundación del Cártel de Sinaloa, que se convirtió en una de las organizaciones criminales más poderosas y con operaciones transnacionales durante décadas.
Expertos señalan que la declaración de Zambada pone en evidencia cómo los cárteles han funcionado históricamente como sistemas empresariales complejos, donde la violencia y la corrupción son herramientas estratégicas. Este caso podría abrir oportunidades para desarticular estructuras internas, identificar rutas de lavado de dinero y fortalecer políticas de prevención de corrupción, mostrando la importancia de estrategias integrales que combinen justicia, cooperación internacional y desarrollo social en zonas afectadas.
Finalmente, la confesión de “El Mayo” marca un momento histórico en la lucha contra el narcotráfico en América del Norte. La transparencia sobre sus operaciones y su disposición a colaborar con la justicia podrían cambiar el panorama del crimen organizado, aunque también plantea preguntas sobre la efectividad a largo plazo en la erradicación de estructuras delictivas tan consolidadas y adaptables.
<
