
Una joven de 17 años, originaria del municipio General Pánfilo Natera, Zacatecas, falleció a causa de la rabia humana, convirtiéndose en el primer caso registrado en la entidad en casi cuatro décadas. El lamentable deceso ocurrió tras haber sido mordida por un zorrillo infectado en junio pasado, aunque la confirmación oficial y el reporte epidemiológico se hicieron públicos apenas en estos días de agosto de 2025.
La Secretaría de Salud de Zacatecas (SSZ) confirmó el diagnóstico tras realizar pruebas en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), dependencia de la Secretaría de Salud federal. Esta confirmación desató la inmediata activación de un cerco epidemiológico en la zona, que incluye campañas de vacunación masiva contra la rabia para prevenir la aparición de nuevos casos, así como vigilancia reforzada de la fauna silvestre que pueda ser vector del virus.
Aunque México fue reconocido en 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como país libre de rabia humana transmitida por perros, el riesgo de contagio sigue latente debido a la presencia de animales silvestres portadores del virus, como zorrillos y murciélagos, que habitan en regiones rurales y marginadas. Estos animales son reservorios naturales de la rabia y pueden transmitirla a humanos a través de mordeduras o contacto con sus fluidos corporales.
La joven fallecida no buscó atención médica inmediata tras la mordedura, un factor que contribuyó a la progresión letal del virus. En zonas rurales como General Pánfilo Natera, la falta de acceso a servicios de salud, la escasa educación sanitaria y la poca percepción de riesgo ante animales silvestres infectados son problemáticas recurrentes que dificultan la prevención oportuna.
La rabia es una enfermedad viral que afecta el sistema nervioso central, con una tasa de mortalidad cercana al 100% una vez que aparecen los síntomas clínicos. Inicialmente, se presenta con fiebre, dolor de cabeza, malestar general y sensación de hormigueo o picazón en la zona de la mordedura. Conforme avanza, se desarrollan signos neurológicos severos como ansiedad, confusión, alucinaciones, parálisis y dificultad para tragar, que finalmente conducen a la muerte.
El diagnóstico oportuno se basa en la historia clínica y pruebas de laboratorio especializadas que pueden detectar la presencia del virus en muestras biológicas. El tratamiento preventivo consiste en la administración inmediata de la vacuna antirrábica y, en algunos casos, inmunoglobulina antirrábica para neutralizar el virus antes de que se disemine en el sistema nervioso. Una vez que la enfermedad se manifiesta clínicamente, no existe cura efectiva.
Ante la confirmación del caso, la SSZ implementó acciones urgentes para contener la amenaza. Además del cerco epidemiológico, se han intensificado las campañas de vacunación en poblaciones humanas y en animales domésticos. Se monitorea cuidadosamente la fauna silvestre local para detectar posibles focos de contagio y evitar que el virus se propague a comunidades cercanas.
Las autoridades han reforzado la educación sanitaria, insistiendo en la importancia de buscar atención médica inmediata tras cualquier mordedura de animal, especialmente de especies silvestres. También hacen un llamado a la población para evitar el contacto con animales no domesticados y reportar cualquier caso sospechoso a las autoridades sanitarias.