
La producción de Emily in Paris Venecia vivió un momento trágico e inesperado cuando Diego Borella, asistente de dirección, falleció repentinamente durante los preparativos de una escena final en el emblemático Hotel Danieli de Venecia. Fueron momentos de gran conmoción en el set, que derivaron en la paralización inmediata del rodaje, mientras la producción enfrentaba tanto una pérdida humana como un desafío logístico que desequilibró la agenda prevista del proyecto.
Desde el servicio de salud local se confirmó que la ambulancia llegó a las 18:42 h, y los médicos intentaron reanimar a Borella sin éxito. Fue declarado muerto alrededor de las 19:30 h, y se especula que la causa fue un infarto fulminante. La noticia golpeó fuerte al equipo técnico y artístico, quienes debieron enfrentarse a la inesperada ausencia de un compañero muy querido.
Apenas dos días después del suceso —el sábado 23 de agosto de 2025—, la producción reanudó el rodaje en Venecia. Lily Collins, Eugenio Franceschini, Ashley Park y Paul Forman fueron vistos filmando escenas en góndolas y exteriores venecianos, intentando continuar con la narrativa pese al dolor y el impacto sufrido. Esta decisión refleja un esfuerzo colectivo por sobreponerse, aunque también plantea cuestionamientos sobre los tiempos de duelo en entornos laborales intensos.
Aunque la filmación había iniciado el 15 de agosto y estaba programada para concluir el 25, la tragedia ha desatado incertidumbre sobre si esos plazos serán respetados. Netflix mantiene la fecha de estreno de diciembre 18, lo que sugiere una fuerte presión para terminar el rodaje y cumplir con los plazos de postproducción.
La productora —Paramount Television Studios— expresó públicamente su consternación, afirmando que Borella era un miembro valorado de la “familia de producción” y transmitiendo sus condolencias a la familia y seres queridos. Aun así, no se han compartido más detalles sobre posibles cambios en la producción o ajustes en el calendario oficial.
Diego Borella contaba con reconocimiento internacional por su trayectoria en dirección, con formación en Roma, Londres y Nueva York; también se destacaba por su labor en literatura infantil y visual, aportando sensibilidad y creatividad más allá de lo audiovisual. Su legado trasciende la tragedia: aportó una mirada humanista y artística que influenció el entorno creativo en el que trabajó.
Desde el punto de vista crítico, cabe preguntarse si la decisión de retomar el rodaje tan pronto puede afectar la calidad emocional de las escenas por venir. El desafío artístico ahora no solo es narrar la historia de Emily en Roma y Venecia, sino hacerlo con una autenticidad que respete el contexto emocional del equipo y honre la memoria del colega perdido.