
21 de Agosto 2025.- El asesinato de un policía en Culiacán ocurrido afuera de la preparatoria Emiliano Zapata de la Universidad Autónoma de Sinaloa ha generado un ambiente de preocupación y miedo entre la comunidad estudiantil y la sociedad en general. La víctima fue identificada como Armando Roberto, un agente con 17 años de servicio en la corporación, quien perdió la vida tras ser atacado a balazos por un grupo armado la mañana de este jueves.
De acuerdo con reportes oficiales, el ataque ocurrió cerca de las 7:50 horas, cuando hombres armados dispararon contra el vehículo Tsuru en el que viajaba el agente, dejándolo sin vida al interior de la unidad. El crimen se registró en plena zona universitaria, lo que provocó pánico entre los alumnos que se encontraban en clases, quienes tuvieron que ser evacuados por seguridad.
Policía asesinado en Culiacán
La escena del ataque se tornó aún más alarmante por el hecho de que ocurrió frente a una institución educativa, donde decenas de jóvenes tuvieron que resguardarse en áreas alejadas del campus. Este evento evidencia la vulnerabilidad de los espacios públicos frente a la violencia que persiste en varias regiones del país, incluyendo Sinaloa, donde los ataques armados contra agentes de seguridad no son hechos aislados.
Las autoridades confirmaron que personal de la Fiscalía General del Estado acudió de inmediato para acordonar la zona e iniciar con las investigaciones correspondientes. Sin embargo, hasta el momento no se reportan personas detenidas por el homicidio, lo que suma tensión y exige resultados rápidos ante un hecho que amenaza con incrementar la percepción de inseguridad en la capital sinaloense.
Violencia en Culiacán
La muerte de Armando Roberto no solo representa una pérdida para la corporación municipal, sino también un golpe a la confianza ciudadana en las instituciones de seguridad. La falta de medidas efectivas para proteger tanto a policías como a la población civil frente a grupos armados evidencia la necesidad de replantear estrategias de seguridad. Los especialistas han señalado que este tipo de ataques reflejan la fuerza que todavía conservan las organizaciones criminales en la región.
Aunque no siempre vinculados a estudiantes, estos sucesos generan un clima de miedo que impacta directamente en el entorno educativo. Este asesinato, al ocurrir en las inmediaciones de la universidad, reabre el debate sobre la seguridad de los espacios académicos y la necesidad urgente de reforzar la vigilancia en torno a centros escolares y universitarios.