Unos 18 combatientes de las Brigadas Al Qasam, el ala militar de Hamás, llevaron a cabo un audaz ataque contra una base del Ejército israelí en el corredor de Magen Oz, en el sur de Gaza. El asalto, que comenzó a las 9:00 de la mañana (hora local) de este miércoles, involucró a milicianos que emergieron de túneles subterráneos, utilizando fusiles y cohetes antitanques para atacar las instalaciones. El ataque de Al Qasam representa una escalada significativa en las tensiones, mostrando que el grupo militante mantiene su capacidad para operar y planificar asaltos a pesar de la ofensiva militar de Israel.
El asalto tomó por sorpresa a las tropas israelíes, aunque la respuesta fue rápida. Según una fuente de seguridad israelí, las fuerzas en tierra, con el apoyo de ataques aéreos, lograron repeler a los combatientes en un breve periodo de tiempo. El enfrentamiento resultó en la muerte de al menos diez de los milicianos, mientras que otros ocho lograron escapar y volver a los túneles subterráneos. El ataque de Al Qasam ha dejado un saldo de un soldado israelí gravemente herido y otros dos con lesiones leves, lo que muestra la intensidad de los combates.
La versión de los milicianos y el Ejército israelí
Las Brigadas Al Qasam no tardaron en reivindicar el asalto. A través de un comunicado, el grupo aseguró que sus combatientes habían logrado atacar con éxito una nueva posición israelí en la zona, y afirmaron haber matado a varios soldados. En su versión de los hechos, el grupo militante incluso aseveró que uno de sus combatientes se inmoló en medio de las tropas israelíes, causando múltiples bajas. Sin embargo, el Ejército israelí ha desmentido estas afirmaciones, negando la muerte de cualquiera de sus soldados y señalando que solo tres de ellos resultaron heridos.
A pesar de las afirmaciones contradictorias, el ataque de Al Qasam subraya la complejidad del conflicto en la región. La capacidad de los milicianos para infiltrarse en una base militar israelí a través de su red de túneles es un claro recordatorio de los desafíos que enfrenta Israel para neutralizar completamente la amenaza de los grupos armados en Gaza. La existencia de estos túneles subterráneos sigue siendo un problema crítico para las fuerzas israelíes, quienes luchan por localizar y destruir estas estructuras que permiten a los milicianos moverse y operar con relativa impunidad.
Contexto del conflicto y sus implicaciones
El ataque de Al Qasam se produce en medio de una ofensiva israelí en curso en Jan Yunis, una de las ciudades más importantes en el sur de la Franja de Gaza. Los combates en la zona han sido intensos, y la incursión en la base de Magen Oz es un ejemplo de la resistencia que las fuerzas israelíes continúan enfrentando. Según reportes de medios como The Times of Israel, los milicianos que se infiltraron en la base incluso intentaron secuestrar soldados, aunque no lo lograron.
Este incidente no solo destaca la persistencia del conflicto armado en Gaza, sino que también tiene implicaciones políticas y de seguridad más amplias. La infiltración en una base israelí pone en duda la efectividad de las medidas de seguridad del Ejército y refuerza la postura de aquellos que argumentan que la erradicación total de grupos como Hamás es un objetivo difícil de alcanzar. El asalto de Al Qasam sin duda será un punto de análisis para ambas partes, tanto para las milicias que buscan seguir operando como para Israel, que tendrá que revaluar sus estrategias defensivas para evitar futuros ataques similares.
